miércoles, 20 de octubre de 2010

CAPITULO III


“Yo entonces volveré puro el labio de los pueblos,
para que invoquen todos
el nombre de YaHWéH,
y le sirvan bajo un mismo yugo.
Desde más allá de los ríos de Etiopía, mis suplicantes,
mis hijos dispersos me traerán mi ofrenda.”

Sofonías 3:9-10

 

                                                                     III

Al llegar a la congregación, recibí la primera carta de Shaúl. Esa carta hermana, me animó y me dio muchas fuerzas para continuar con la causa, porque a pesar de ser yo una persona decidida y convencida de que el camino que había tomado era el correcto, también tenía dudas y temores. Mi Fe recién comenzaba a tomar verdadera fuerza, necesitaba las palabras de aquel hombre al que amaba como si fuera mi padre y que había sido el instrumento utilizado por Elohim para la renovación de mi alma.
Impaciente, la llamé a Persis para que la leyera conmigo. Nos sentamos a la sombra de un árbol y tú amablemente nos acercaste agua para beber y un rico pan horneado, porque desde que llegamos. No habíamos descansado ni probado bocado y la noticia de la carta me hizo olvidar de ello.

Esta es la primera carta:
De: Shaúl, discípulo de Yahshúa ha Mashíaj por la voluntad de Nuestro Padre Celestial, en la esperanza de vida eterna, la cual Elohim, que no miente, prometió desde antes del comienzo de los siglos.
A: Julia hija amada, que el Shalom1 de Elohim y de Yahshúa ha Mashíaj esté contigo.
Sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones, rogando que seas fuerte y te mantengas firme en la Fe, manteniéndote en la verdad que con inmenso amor te fue revelada. Me lleno de gozo al recordar el día en que decidiste aceptar la salvación que, a través de la sangre derramada por medio de nuestro Salvador Yahshúa, te fue otorgada y te convertiste en una fiel servidora de Elohim. Estoy seguro de que en ti no hay una Fe fingida, por lo cual te aliento para que sigas avivando ese fuego santo que te quemó en un principio, difícil de evitar, que es el llamado de Elohim a través de su Rúaj2.
Ahora tienes la hermosa labor de dar testimonio de la Palabra a todos aquellos que a ti se alleguen con sed de verdad. Debes ser amable para con todos y muy paciente con aquellos que no están firmes en la Fe, humilde para enseñar y con mucha mansedumbre, exhortar a los que se oponen a la verdad.
Cuida de llevar, a donde el Adón te envíe, el nombre de nuestro Santo Padre con honor, inmenso respeto y reverencia, sin dejar de mencionarlo, ya que algunos, enceguecidos por el celo de guardar el nombre, han caído en la trampa de ha satán3, llegando a negar la llave del poder y del conocimiento, al que todos podemos acceder, conociendo el nombre de nuestro Creador, YaHWéH que Él mismo escogió, dándolo a conocer primeramente a nuestros padres, para que pudieran establecer una relación íntima con Él y hasta la llegada de Nuestro Mashíaj, quien entre otras cosas vino para restaurarlo, porque cuando los hombres empezaron a desviar las instrucciones de Elohim, para convertirlas en meras leyes de hombres, ocultaron y suplantaron el Nombre  negándonos el derecho de conocer la persona que representa y a vivir en armonía con los propósitos vinculados a El. Recuerda que tal como lo hizo Yahshúa ha Mashíaj tenemos la responsabilidad de esforzarnos en dar a conocer su verdadero Nombre.
 YaHWéH promete bendecir a los que conozcan, empleen y honren su gran Nombre. Ésta es la llave del conocimiento y de la salvación, porque no hay otro en que podamos ser salvos. La palabra producida como el hijo, manifestada y concebida, siendo uno; Yahshúa: Yah: Existente, Shúa: salvación, esto es, YaHWéH es salvación.
Nombre en el que fuiste sumergida, para perdón de los pecados, como lo ordenó nuestro Adón.
Mientras espero ser condenado por la corte del César, me es permitido residir en una cómoda vivienda, donde recibo a aquellos que desean oír sobre el reino de Elohim y nuestro Adón Yahshúa ha Mashiaj.
Espero que mi testimonio avive el sentimiento de ser más fieles y celosos en la causa del Adón.
Amada Julia, sé que posees la virtud de crear hermosos adornos, he visto con que habilidad realizas esa tarea, no la abandones pues te servirá para generar ganancias, Febe te proporcionará lo que necesites, ella hace tiempo que reside allí y sabe cómo y dónde conseguir las cosas, pero por favor amada hija, no te distraigas en poseer sólo riquezas y honores mundanos, procura seguir siempre el camino de la humildad que te llevará a obtener riquezas eternas en el cielo. Confío en tu fidelidad hacia la causa y en que sabes valorar la oportunidad que te fue dada, de conocer la verdad por la que ya eres libre, por misericordia e infinito amor de nuestro Padre Celestial, que tomaste por decisión propia, ya que YaHWéh, no obliga a nadie, mas bien espera pacientemente que sus hijos lo reconozcan y decidan romper las cadenas que los atan a este mundo, gobernado por el poder de las tinieblas.
Ten cuidado de aquellos que enseñan doctrinas equivocadas de hombres, debido a que tienen el entendimiento entenebrecido y endurecido el corazón por no aceptar la verdad que proviene de un único Elohim. Anda en lo que es digno del Adón agradándole en todo y creciendo en el conocimiento de su palabra. Oro por ello todos los días.
Espero pronto poder recibir noticias tuyas, dales mis saludos a los hermanos de la congregación y con beso santo a Febe amada ayudante y sierva del Adón en cuyas manos te entrego para que le ayudes en todo lo que sea necesario. Que la Gracia y el Shalóm de Elohim y de Yahshúa ha Mashiaj sea contigo y los hermanos de Cencrea. Bendito sea el nombre de YaHWéH por siempre. Améin4.
Cuando terminé de leer, me quedé un instante meditando sobre aquellas palabras, y mirando a mí alrededor sentía una enorme satisfacción por lo que me estaba sucediendo. No era para nada racional, un día me encontraba en Barcino, en la ciudad donde nací, haciendo cosas que no me provocaban ningún tipo de satisfacción, viviendo con unos padres que absorbidos por el mundo, me ignoraban dejándome al cuidado de mi abuela. Al tiempo me encuentré en Pozzuoli en casa de mi tía donde las cosas eran muy distintas a las de mi hogar, empezando por el paisaje, siguiendo por las costumbres y terminando en lo primero a lo que le daban importancia, el amor al prójimo y a Elohim principalmente. conocí a Shaúl, quien me presentó una visión distinta del hombre que hasta el momento solo conocía como un simple Mártir revolucionario, Yahshúa ha Mashíaj, razón por la cual miles de personas han cambiado sus vidas, conocieron la salvación y hoy, como yo, son guerreros incondicionales de su causa. Después me embarqué hacia Cencrea pasando primero por Corinto, donde conocí a muchos hermanos de la Fe que sacrificaban todo un día de trabajo para satisfacer las necesidades de otros, haciéndolo con enorme alegría y gratitud hacia el Adón. Pero también fui testigo de la crueldad de la que puede ser capaz el ser humano que no esta guiado por el Rúaj de Elohim y de la injusticia de la que podemos caer presos, cuando somos juzgados por hombres que tienen el entendimiento entenebrecido. Tiempo después estaba en Cencrea, donde fui enviada por voluntad de Elohim.
Me digo que no es racional, si me baso en la forma mundana de pensar que tenía antes, sobre todo para una mujer en esta época. Sólo encuentro las respuestas y la justificación de estos hechos en la Fe y en el amor que Elohim nos tiene y espera que nosotros desarrollemos. Pero la Fe es algo que está fuera de discusión.
El amor no es algo que se piense demasiado, menos el amor por el que uno es movilizado todos los días, el amor por el que somos justificados y perdonados, amor supremo, misericordioso y paciente como el que nos tiene nuestro Padre Celestial que entregó a su hijo en sacrificio, renovando el pacto que hizo con nuestros padres, para perdón de nuestros pecados y obtención de la vida eterna. Ése sí que para el mundo es un acto irracional, pero para los que ya no pertenecemos al mundo, sino al que nos creó, es amor en su máxima expresión. Y todavía nos cuestionamos estas cosas y en nuestra banalidad nos damos el lujo de rechazar esta manifestación de amor del Padre hacia sus hijos, porque hasta nos brinda el derecho a elección, elegirlo a Él o elegir al mundo y hasta el último minuto de nuestras vidas espera que lo elijamos a Él.
Estaba muy agotada por el viaje, necesitaba asearme y descansar. Después de meditar sobre las cosas que anteriormente mencioné y comentarlas con Persis, que tiene la maravillosa virtud de escuchar incansablemente, además de hacerlo con una actitud increíblemente servicial, suele asombrarme la sabiduría con la que te responde, sabiduría que a mi entender, proviene de lo alto, oramos y me retiré a descansar en la habitación que con tanto amor y dedicación me preparaste.

  
Referencias:
  
1. Shalom.- (del hebreo) paz, tranquilidad, seguridad, bienestar, salud, contentamiento, consuelo, entereza, integridad y prosperidad
 2. Rúaj.- (del hebreo) Espíritu Apartado, también traducido como el Espíritu de YAHWEH, Espíritu de Yahshúa, el Espíritu del Especialmente Apartado.
 3. Ha satán.- (del hebreo) satán, el adversario, el diablo, la serpiente antigua, el dragón.
 4. Améin.- (del hebreo) Amén.

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