jueves, 9 de febrero de 2012

CAPITULO IX

“Siembren para ustedes justicia,
Siembren cosecha de amor
aren su tierra sin labrar,
porque es tiempo de buscar a Elohim
hasta que venga y les enseñe justicia
 Oseas 10:12



IX

En la ultima tarde de nuestra estada en Cencrea, los hermanos se juntaron en tu casa para despedirnos, esa tarde había un número de hermanos mayor que de costumbre, llegaban con víveres y presentes para que lleváramos en el viaje, estaba tan Feliz de haberlos conocido, todos y cada uno de ustedes ocupaban un precioso lugar en mi corazón; por el amor que se profesaban mutuamente pude entender que realmente, sin tener lazos sanguíneos, eran una gran familia.
A pesar de tener muchos adversarios y de la superstición y los placeres sensuales que dominaban a la mayor parte de la población, el poder de Elohim estaba con ustedes manteniéndolos firmes en el amor y la verdad y obrando milagros a través de aquellos ungidos en el Rúaj.
El número de creyentes aumentaba día a día. De esta manera, testificando en el nombre Sagrado y realizando buenas obras la congregación crecía.
Allí reforcé un pensamiento que me acompañaba desde Pozzuoli, “No importa el lugar del mundo donde te encuentres, el verdadero amor es ese amor desinteresado que procura lo mejor para el otro, porque por un espíritu fuimos todos sumergidos en un cuerpo, sean judíos o gentiles, esclavos o libres, personas de cualquier nación. Y a todos se nos dio de beber de un mismo espíritu”. Ante Elohim somos todos iguales.
Aquí transcribo palabras que me escribió Shaúl, discípulo del más grande Maestro de todos los tiempos, para que queden registradas en la memoria y grabadas en el corazón de aquellos que persiguen el amor:
“Si yo hablara en lenguas humanas y angélicas y no tengo amor,
vengo a ser como bronce que resuena, o címbalo que retiñe.
Si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y toda ciencia;
Y si tuviera toda la Fe de manera que trasladara todos los montes,
y no tengo amor, nada soy.
Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres,
y entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor,
de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno.
El amor no siente envidia. El amor no es jactancioso, no se engríe,
no es rudo, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
no se alegra de la injusticia, sino que se alegra de la verdad.
El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Las profecías terminarán. Cesarán las lenguas. La ciencia tendrá su fin.
pero el amor nunca se acaba.
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
Pero cuando venga lo que es perfecto, desaparecerá lo imperfecto.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño,
razonaba como niño.
Pero cuando llegue a ser hombre, dejé lo que era de niño.
Ahora vemos en un espejo, oscuramente, pero entonces veremos
cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré cabalmente, como soy conocido.
Ahora permanecen estos tres dones: la Fe, la Esperanza y el Amor.
Pero el mayor de todos es el amor”.

A tu lado Febe, estas palabras tomaron mayor fuerza, porque la entrega y el amor que tú profesas solo puede ser brindado por una persona que camina con Elohim, el generador del único y más grande sentimiento, motor de todas las cosas.
La tarde se llenó de alegres melodías, los músicos de la congregación, como le decíamos a tu casa, estaban tocando desde temprano y los mas pequeños danzaban hermosamente. Me apenaba que Victoria y Erina no estuvieran con nosotros disfrutando de ese momento, pero me consolaba al saber que en Corinto encontrarían personas bellísimas, que las harían participar de reuniones como las nuestras.
Al caer la noche nos bendijeron y oramos todos juntos para que nuestro viaje fuera sin complicaciones y llegáramos sanos y salvos a destino.
Al amanecer el barco estaba por zarpar Rufo, Persis y los hermanos que habían venido desde Pozzuoli conmigo, subieron a bordo apresuradamente, tú me abrazaste y me pediste disculpas por no haber estado mas tiempo conmigo, pero yo te dije que mejor fue así, de otra manera hubiera sido de tropiezo para la labor que realizas. Además, ya estaba demasiado grande como para que dejaras tus tareas de lado por atenderme. Me diste tu bendición y con lágrimas en los ojos dijiste que me apresurara por que el barco ya salía.
Corrí enjugándome las lágrimas, y subí rápidamente al barco que nos llevaría hasta Yerushalayim.
El  barco era una nave de carga romana, poseía una larga bancada de remos que la impulsaban, y algunas recámaras en la parte inferior donde pasaríamos largas noches.
Persis y yo compartíamos un pequeño camarote y Rufo estaría con los otros hermanos en uno más grande.
De día subíamos a cubierta a tomar aire fresco y compartir los alimentos con los hermanos. De noche el frío era muy intenso y permanecíamos en nuestros camarotes.
Había momentos en que el barco se mecía con mucha intensidad por los fuertes vientos y orábamos para que el temor no se apoderara de nosotros. Persis se abrasaba fuertemente a mí mientras yo trataba de calmarla diciéndole que tuviera confianza en que todo saldría bien, porque era una misión encomendada por el Adón el que fuéramos a Yerushalayim y por esa razón contábamos con su divina protección.
Rufo nos avisó que ante la posibilidad de una fuerte tormenta desembarcaríamos en la isla de Creta en un puerto llamado Salmón hasta que el tiempo mejorara y pudiéramos continuar.
Al llegar los hermanos, se encontraron con algunos discípulos que nos invitaron a pasar con ellos los dos días que estuvimos en Salmón.
Eran personas muy amables y afectuosas, sus casas eran humildes, pero bellamente adornadas con flores y muebles que construían ellos mismos, algunos en madera que tallaban hábilmente dándole graciosas formas.
Mientras sus esposas nos atendían, comentaban que algunos habían conocido a Pavlos en Buenos Puertos y otros allí en Salmón, cuando, también por el mal tiempo que los azotó mientras se dirigían hacia Roma, debieron desembarcar en la isla.
Gozosos nos decían que muchos se convirtieron a la Fe por los milagros que realizaba el Rúaj de Elohim por medio de Shaúl.
Mientras reinaba la claridad salimos con Persis y Rufo a dar un paseo por el lugar. El paisaje era maravilloso, la vegetación era muy abundante y colorida, después de haber pasado bastante tiempo en el barco, mis ojos revivían con tanto color.
Nos asombraba la cantidad de habitantes que había en la isla y de diversas culturas. Se mezclaban, aqueos, dorios, pelasgos, sidonios o fenicios y los nativos del lugar. Debido a eso había templos de adoración de toda clase.
Los hermanos de Salmón se congregaban al igual que todos en sus casas.
El puerto era pequeño y no muy importante, el comercio y la exportación se realizaban en el puerto principal de Herakleion.
Entre los montes se podían divisar restos de antiguas fortalezas o castillos. Rufo nos decía que seguramente habían sido destruidos por terremotos porque había escuchado de ellos.
Al regresar nos ofrecieron dormir en unas cómodas camas hechas de troncos revestidas con pieles.
Los hermanos de Creta fueron muy generosos y complacientes con nuestras necesidades. Mediante su devoción, demostraban llevar una vida digna y una conducta piadosa;  muy comprometidos con la causa, trataban por todos los medios de imitar a nuestro Adón.

 En la isla tenían un gran y esforzado trabajo, puesto que la congregación apenas se componía por dos familias y algunos hermanos que vivían solos. Haciendo referencia a la cantidad que eran, uno de los hermanos llamado Sópater me dijo muy sabiamente: “No importa que seamos pocos hermana, nadie que sea ferviente y perseverante dejará de tener éxito. La carrera no es del veloz ni la batalla del fuerte. El mas débil, tanto como el mas fuerte, pueden llegar a alcanzar la corona de la inmortalidad, siempre y cuando, depositen toda la confianza en el poder y la Gracia de Elohim y pongan su vida en conformidad con la voluntad de Yahshúa Ha Mashiaj”. Y sin duda, no se equivocaba.
Antes de despedirnos y como era costumbre oramos por ellos y ellos por nosotros.
Había una nave que partía hacia Cesárea, puerto cercano a Yerushalayim. Decidimos embarcarnos en esa, ya que el barco romano estaría unos días mas en reparación, por unas averías provocadas debido a la fuerte tormenta pasada.
Gracias a nuestro Padre Celestial, el barco era fenicio. Seguramente viajaríamos más rápido, como cuando volvíamos de la isla de Egina a Cencrea.
Esta era una nave mucho más grande que la anterior, pero a pesar de esta diferencia, los aromas de la madera con la que estaba construida, y toda su estructura, era tan similar a la anterior, que era inevitable recordar sucesos pasados.
Se estaba cerrando un capítulo de mi vida en el que había conocido a muchas personas que me brindaron lo mejor de sí, como también aquellas que infringieron dolor a mi alma. Había vívido experiencias que antes nunca me hubiera imaginado, sentía mucha melancolía por aquellos que quizás nunca mas volvería a ver.
Agradecía a mi Padre Celestial por haberme sacado de la ignorancia en la que vivía y por utilizarme como instrumento para sus propósitos. También por poner en mi camino hermanos que me sostuvieron en los momentos de debilidad y ayudaron a reforzar mi Fe.
En esta leve y momentánea tribulación, mi alma se llena de gozo al escribirte Febe, porque sé que estos escritos serán guardados para las futuras generaciones, acuérdate de lo profetizado por los emisarios de nuestro Adón Yahshúa ha Mashiaj, que en el tiempo final, cuando el amor de muchos se enfríe y la violencia sea más, habrá burladores que andarán según sus malvados deseos, falsos profetas, obreros fraudulentos, que se disfrazarán de emisarios del Mashiaj. Habrá hombres y mujeres amantes de sí mismos,  avaros, vanagloriosos, soberbios, mentirosos, ingratos, impíos, desobedientes de sus padres, sin afecto natural, traidores, amantes de los placeres y del dinero mas que de Elohim, pero también habrá personas cuyo corazón, no será endurecido, ni su conciencia será cauterizada por estas cosas,  éstas escucharan el llamado del Rúaj de Elohim y buscaran la verdad, para ellas dejaremos registrado como fuimos las mujeres y los hombres de esta época, seguidores del Mesías, que nos amamos unos a otros como Él nos pidió, que luchamos por restaurar y preservar el Nombre Sagrado de nuestro Padre Celestial, para que cuando intenten borrarlo de la faz de la tierra, nuestro Elohim en su infinito poder lo haga resurgir.
Por eso estoy feliz de ser parte del plan de nuestro Adón y de dejar constancia de quienes fuimos y todo lo que hicimos por amor al Nombre. Estoy segura que éste será un grano de arena de todo lo que nuestro Padre puede hacer, pero es suficiente para mí saber que les ayudará a abrir muchas más puertas para poder continuar con esta obra de amor y de Fe hasta que vuelva nuestro Salvador.

Volviendo a mi relato de los hechos, los días eran interminables a bordo del barco. Se hacía cada vez más difícil el asearse y poder saciar las necesidades de nuestro cuerpo, para nosotras era aún mas complicado que para los hombres que ya estaban acostumbrados a los viajes largos. Gracias a Elohim, estaban en la nave, las mujeres de los remeros que se encargaban de la comida de sus esposos y de los pasajeros. Ellas nos enseñaron algunas cosas para que nuestra estadía a bordo fuera más amena y nosotras nos ofrecimos a ayudarlas en lo que necesitaran. De esta manera pudimos establecer una relación muy estrecha con estas mujeres que aunque eran de modales muy rudos, no dejaban de ser muy amables y comprensivas. Nuestro padre nos dio también la oportunidad de ganar almas para el en ese viaje.
Uno de los remeros se enfermó gravemente de manera que lo tuvieron que aislar en un camarote alejado de los demás. Su esposa, muy apenada, nos contaba sobre los dolores que atormentaban al pobre hombre y la fiebre que no cesaba. Uno de los hermanos llamado Apeles, discípulo de Shaúl, que fue ungido con el Rúaj de Elohim, no dudó en asistir al remero y entrando en su recámara, lo tomó de una mano y postrándose de rodillas, invocó a YaHWéH en el nombre de Yahshúa nuestro Salvador implorando por la sanación del hombre, sus ruegos fueron escuchados y al momento el remero se incorporó completamente curado y pidió que le llevaran agua por que estaba sediento. En ese instante su esposa, que estaba enmudecida e inmovilizada por lo que acababa de ver, reaccionó, abrazó y besó a su esposo. Dando gritos de alegría nos decía:
- ¡Adorado sea el nombre de su dios!,¡nunca vimos un poder semejante!, ¡Bendecido seas Apeles!.
Después de este acontecimiento, se reunieron todos en la superficie del barco a respirar un poco de aire fresco, los remeros y sus esposas celebraban por la recuperación milagrosa de su compañero, nos invitaron a compartir con ellos su festejo y aprovechando esta situación Apeles le dedico la celebración a nuestro Padre Celestial y entonó hermosos cánticos de adoración. Al terminar dijo con firmeza:
  - Ninguna imagen tallada o creada por manos de hombre puede obrar las maravillas que realiza Abba1 Yah, el único dios vivo. Ninguno de todos los dioses y santos creados por el hombre pueden igualar semejante poder, ahora hermanos escuchen con atención, Él envió a su Hijo, su único Hijo para que fuese sacrificado por nosotros para perdón de nuestros pecados. Su nombre es Yahshúa ha Mashiaj, aunque muchos ya han sentido oír sobre él y sus maravillosas obras, siguen ignorándolo, lo creen maestro, sabio, lo llaman loco, infame, agraviador, entre muchas otras cosas, su mente entenebrecida y su corazón endurecido no les permite ver que Él es la luz, y en Él no hay ninguna tiniebla. por medio de Èl recibimos la gracia y somos llamados escogidos para la obediencia de la Fe, por amor a su Nombre, en todas las naciones, entre las cuales también están ustedes llamados a ser de el Mashiaj Yahshúa.
Apeles se detuvo un instante, bendijo el agua y bebió, mientras todos aguardaban en silencio, con gestos de admiración en sus rostros, que procediera, y continuó diciendo:
    - “Amados hermanos, todos hemos caído de la gloria de Elohim, todos hemos pecado, pero somos justificados gratuitamente mediante la redención realizada por Yahshúa ha Mashiaj, a quien Elohim puso como medio de perdón por la Fe en su sangre, de esta manera Él demuestra su justicia al haber pasado por alto en su paciencia, los pecados pasados”. “Por esto dice YaHWéH, conviértanse ahora a mí, con todo su corazón, con ayuno, llanto y lamento”. El los escuchará, si su arrepentimiento es verdadero porque es bondadoso y clemente, lento para la ira, grande en amor, y pronto para desistir del castigo.
Después de decir estas palabras invitó a todos a ser inmersos en el Nombre, si así lo deseaban ni bien llegaran a la costa de Cesárea, Apeles sumergiría en las aguas a todos aquellos que aceptaran a Yahshúa como su Salvador.
A pesar de haber visto el milagro que se obró en su compañero, y de escuchar las palabras de Elohim que fueron dichas a través de nuestro hermano, solo algunos aceptaron.
Para eso nos fue concedido el libre albedrío, para que aceptemos a Elohim por amor y no por obligación. En esta  batalla entre el bien y el mal, hay un conflicto entre las fuerzas del infierno y las fuerzas de la justicia. Es en esta batalla, donde Elohim se limita voluntariamente. No viola nuestro poder de elección, por un tiempo El permite que esto siga su curso, de manera que todo el universo vea que el alejarse de El solo produce la muerte. Pero siempre esta intentando alcanzarnos, inclusive de formas impensables.
Estábamos orando con Persis en el camarote y de pronto detrás de la puerta se oyó a Rufo muy exaltado que nos decía:
 - ¡Vengan a ver, estamos por llegar a Cesárea!.

 






 Referencias:

1.      Abba.- (Del Hebreo), papá afectuosamente.

CAPITULO VIII

Aín.  Los ojos de YaHWéH están sobre los justos,
y sus oídos hacia su clamor,

Pe.   El rostro de YaHWéH contra los malhechores,
para raer de la tierra su memoria.

Sade. Cuando gritan aquellos, YaHWéH oye,
y los libra de todas sus angustias

Qof. YaHWéH está cerca de los que tienen roto el corazón.
El salva a los espíritus hundidos.

Resh. Muchas son las desgracias del justo pero de todas
                                 los libera YaHWéH
                                                                        Sal. 34:15-19


                                                
VIII

Faltaban dos días para nuestra partida. Persis estaba muy entusiasmada con el viaje y no dejaba de hacer comentarios al respecto. Recuerdo que tú nos aconsejabas como si fueras nuestra madre. Nos decías que orásemos sin cesar pidiendo fortaleza para resistir el largo y arriesgado viaje que nos esperaba y Rufo nos advertía que no sería fácil estar en Yerushalayim debido a la situación candente en la que se encontraba. Nos decía que había mucha oposición hacia todo lo relacionado con el Mashiaj, quizás mas que en cualquier otro lugar, que había grupos como los Zelotes conocidos por su resistencia fanática al dominio romano que los llevaba inclusive a adoptar posiciones de mucha violencia en contra de aquellos que promovían la cooperación con la autoridad de Roma. Eso incluía también a los judíos. Pero a pesar de sus comentarios confiaba en que todo saldría bien, no por mí sino por que estaríamos bajo la protección de nuestro Padre Celestial.
Esa tarde leímos juntas el libro de Enoc que nos había enviado Shaúl, estábamos maravilladas por la sabiduría con la que describía como El Altísimo realizaba sus obras y como los poderes celestiales le rendían pleitesía. Nos aportó muchos detalles sobre algunos misterios de la creación; de cómo los seres caídos se mezclaron con las mujeres engendrando una raza maldita... pero lo que mas me asombro fue como los hombre fueron seducidos por la sabiduría de los Ángeles caídos y escuchando lo que estos le enseñaban se alejaron de nuestro Creador cada vez mas hasta los días de Noáj en que tuvo lugar uno de los pactos mas grandes de Elohim con la humanidad.
Estábamos sentadas debajo de un bellísimo árbol frondoso que estaba en el jardín frontal de  tu casa. Al finalizar la lectura, nos pediste que oráramos juntas y te fuiste a cuidar de una hermana que estaba muy enferma. Victoria nos pidió que la acompañáramos a visitar a unas mujeres que habían sido compañeras de ella en la casa donde trabajaba; le dije que yo la acompañaría, pero Persis debía quedarse porque era un lugar muy inseguro.
Como recordarás el lugar estaba cerca de tu casa, las calles que lo rodeaban eran muy estrechas y transitaban por ellas gentes de todas partes, hombres en su mayoría, debido a que quedaba cerca del puerto.
Nosotras íbamos vestidas humildemente con nuestros rostros cubiertos para no llamar la atención. Llegamos a la puerta de la casa donde la vimos por primera vez a Victoria, me tomó de la mano y se detuvo un instante, me di cuenta que estaba orando. Las mujeres que estaban paradas en el pórtico nos miraban desconcertadas, murmurando entre ellas. Cuando termino de orar, sin soltarme la mano me dijo:
- Estoy lista, ¡vamos!
Su tono de vos fue muy enérgico y con una actitud muy valiente entró a la casa. Pasamos por un vestíbulo donde había mujeres y hombres manoseándose, algunos correteaban por la sala principal con botellas en la mano, el olor del lugar era muy particular, se mezclaba el aroma de perfumes caros con el del vino y otros no muy agradables. Excepto la sala principal, los demás recintos estaban en penumbras. Victoria se detuvo en la entrada de un cuarto, corrió las cortinas que estaban en el marco, y me hizo una seña para que entrara, había una mujer muy dormida en una cama hecha de piedra, cubierta con pieles, Victoria se descubrió la cara y la despertó, la mujer emocionada se incorporó y la abrazó diciéndole:
      - ¡Vica!, ¿cómo estás?, es muy peligroso que estés aquí.
Victoria le contestó conmovida:
      - Vine a buscarte. Quiero que salgas de este lugar. Yo sé que no es fácil pero voy a ayudarte porque tu vida aquí corre peligro.
La mujer llamada Erina le respondió:
- No, mi vida no, la tuya, Cirene está todo el día pensando en como hacerte pagar por lo que le hiciste y dice que si te llega a ver rondando por aquí te va a matar. Y sabes que es capaz de hacerlo.
-          No me importa, – Le dijo Victoria convencida- tienes que salir de aquí. Afuera hay hermanos que te van a ayudar como lo hicieron conmigo, es necesario que sepas muchas cosas que te van a cambiar la vida. Mírame a mi Erina, soy otra, descubrí que la vida tiene sentido, que el amor existe y todo eso quiero que tu también lo descubras. Tengo muchas cosas que contarte pero aquí no puedo.
-          No puedo ir, Vica, - le contestó Erina con una expresión de desaliento en su rostro –¿ Que voy a hacer?, no sé hacer nada.
-          No te preocupes por eso, confía en mí y recoge tus cosas.
Victoria estaba decidida a sacar a su amiga de allí aunque eso le costara la vida. Nunca la había visto así tan resuelta, dispuesta a todo por salvar a otro, yo estaba parada, asombrada y nerviosa sin saber que hacer, Vica, como le decía su amiga, me dijo que me asomara y vigilara si alguien se acercaba. Cuando Erina termino de recoger sus cosas, casi sin entender lo que pasaba, pero confiando en su amiga, le dijo a Victoria que iría a cerciorarse que Cirene no estuviera cerca.
Cuando la joven salió del cuarto, le dije a Victoria que estaba siendo muy valiente y que si era la voluntad del Padre todo saldría bien.
Al entrar al cuarto Erina nos dijo que Cirene estaba muy ocupada atendiendo a unos extranjeros, y como estaba cayendo la tarde era el momento preciso para salir porque todas las mujeres estaban ocupadas y muchos estaban muy embriagados como para darse cuenta que alguien faltaba.
 Salimos rápidamente del cuarto envolviendo con una de nuestras capas a Erina porque sus vestidos eran muy llamativos. Al llegar a la puerta de salida nos detuvo una mujer preguntado quienes éramos, Erina descubrió su rostro y le hizo señas para que no dijera nada, la mujer asintió con la cabeza y siguió caminando apresuradamente hacia adentro de la casa.
Al salir empezamos a correr hasta perder de vista, ese horrible lugar. Nos detuvimos un instante para descansar, Erina y Victoria se miraron y comenzaron a reírse, se abrazaron, y saltaban como niñas que habían ganado una carrera. Yo las miraba Feliz porque al menos hasta ese momento todo había salido bien gracias a la protección de nuestro Padre Celestial.
Les dije que continuáramos porque no era conveniente que nos detuviéramos tan cerca del lugar, así que, sin correr, seguimos el camino con paso ligero hasta tu casa.
Al llegar nos recibió Persis que había estado orando por nosotras desde que nos fuimos.
Victoria, de la emoción, no se había dado cuenta que no conocíamos a su amiga entonces procedió a presentarnos. Tomando de la mano a Erina nos dijo:
      - Ésta no sólo es mi amiga, sino también mi hermana de parte de padre. Nos escapamos cuando éramos pequeñas de su hogar porque nos golpeaba hasta dejarnos de cama y lamentablemente nos dio asilo Cirene, que nos encontró  frente a su casa guareciéndonos del frío y de la lluvia. Nos invitó a pasar y de allí no salimos hasta estos días.
-          Bienvenida, - le dijimos con Persis casi a coro abrazándola y besándola.
-          Ellas, - dijo Victoria tomándonos del brazo Afectuosamente.- son mis hermanas en la Fe, Persis y Julia, a quienes amo con toda mi alma, El Altísimo las puso en nuestro camino para conocer las buenas noticias de Salvación.
Después de decir esto, invitamos a Erina a compartir la cena con nosotras, se veía entusiasmada y a la vez desconcertada por las cosas que Vica le contaba.
Me apenaba mucho su apariencia, sus ropas a pesar de llamativas, estaban muy descuidadas, y sus ojos sin brillo estaban enmarcados por unas ojeras muy profundas que delataban la vida atormentada que hasta ese momento había llevado.
Cuando llegaste, te pusimos al tanto de los acontecimientos. Debo admitir que nunca dejaste de asombrarme, yo esperaba que te sorprendieras o que nos reprendieras por la actitud precipitada que habíamos tenido, sin embargo lo tomaste con total naturalidad y demostrando la piedad que te caracteriza, le diste la bienvenida a Erina, bendiciéndola.
Les dijiste que compartieran el cuarto hasta que Persis y yo partiéramos hacia Yerushalayim. Esa noche nos quedamos hasta muy tarde juntas, compartiendo nuestras historias y por supuesto dando testimonio de nuestro Salvador Yahshúa ha Mashiaj.
Cuando me retiré a descansar, oré dándole las gracias a nuestro Padre por la protección que nos había brindado. En ese momento entré como en un estado de trance; un Malaj de Elohim me decía que Victoria y Erina corrían peligro si se quedaban en Cencrea; debían partir hacia la congregación de Corinto lo más temprano posible. Me dijo que tenías que escribir una carta y enviarla con ellas a los hermanos de Corinto que las recibirían con mucho afecto, y además serían de mucha utilidad en ese lugar. Me indicó que Elohim tenía un plan para ellas, como había sido dicho antes, deberían dar testimonio a más personas que estaban bajo las influencias del maligno. Más tarde serían enviadas a Atenas, pero todo se cumpliría a su debido tiempo, en ese momento tenían que salvar sus vidas.
Cuando desperté, corrí a contarte y sin dudarlo fuiste a buscar a Hermas quien les proporcionaría los caballos. Mientras tanto, fui a despertar a Victoria y a Erina, les conté sobre el aviso y sin perder tiempo empacaron algunas cosas, yo me encargué de darles lo necesario para el viaje y desperté a Persis para que pudiera despedirse.
Hermas se ofreció amablemente a acompañarlas, porque todavía estaba muy oscuro y el conocía muy bien el camino a Corinto.
Oramos todos juntos y luego nos despedimos. Estábamos muy emocionados por la abrupta partida de Victoria y Erina pero sabíamos que los propósitos de Elohim, siempre son para el bien de todos. Victoria abrazándome y con lágrimas en los ojos me dijo que jamás se olvidaría de mí. Me pidió que nos escribiéramos así nos manteníamos en contacto y no sería tan duro para ella el dejarnos. Le dije que se quedara tranquila que en cuanto llegara a Yerushalayim le escribiría para que supiera mi paradero.
Le dije cuanto la amábamos y que estaba segura que iba a seguir los designios de nuestro Padre Celestial a la perfección, porque en el poco tiempo que estuvimos juntas demostró ser una fiel y tenaz servidora del Adón. Las bendecimos y se marcharon rápidamente. Nosotras nos quedamos paradas en la puerta hasta que sus figuras desaparecieron en la oscuridad.
Cuando amaneció aparecieron en la casa Cirene y sus hombres buscando a “las dos que se habían fugado”. Entraron por la fuerza convencidos de que las encontrarían, pero para su asombro, no las hallaron. Cirene dijo furiosa que las buscaría hasta el fin de sus días y que las acusaría de robo, de ese modo las autoridades la ayudarían a encontrarlas.
Después que se retiraron, oramos y abrazándonos nos dijiste, que todo estaría bien porque si  “YaHWéH estaba con nosotras, nadie contra nosotras”.


jueves, 10 de febrero de 2011

CAPITULO VII

“Yo, YaHWéH
Te he llamado a justicia, te así de la mano, te formé,
Y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes,
para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso,
de la cárcel al os que viven en tinieblas.
Yo, YaHWéH,
Ese es mi nombre, mi gloria a otro no cedo, ni mi presa a los ídolos.
Lo de antes ya ha llegado, y anunció cosas nuevas;
Antes que se produzcan se las hago saber.”
Isaías 43 (Yeshayah)



VII

Nos embarcamos en una nave Fenicia, que compró Seba para transportar cereales hasta Crencrea. Nos contaban los remeros, que los Fenicios eran los mejores constructores de barcos porque dependían mas del viento que de los remeros, comparando la nave en la que nos embarcamos en Cencrea, esta daba la sensación de deslizarse en el agua con mucha mas rapidez, quizás esa sensación era incrementada, por el hecho de que la embarcación iba casi sin cargamento, solo nos transportaba a nosotros cuatro, a los tres remeros y las provisiones que tan amorosamente nos había dado Seba, para el viaje y para repartir entre los hermanos de la congregación.
En el viaje estábamos todos pensativos, yo en particular, pensaba en las cosas que me había dicho Seba. En el poco tiempo que pudimos estar con él nos dio más de lo que podíamos esperar. Dueño de una clara y serena sabiduría, comprendía plenamente los designios de Elohim y los impartía de una manera que sólo el Altísimo puede dar. Esa persona se convertía en uno más de mi lista de referentes, que encabeza por supuesto mi amado Adón. Deseaba con todo mi corazón que mi Padre Celestial estuviera modelándome a su voluntad. en cada paso que daba, anhelaba cada día mas que mis actitudes y pensamientos fueran lo mas parecidos a mi Gran Maestro Yahshúa, que utilizaba a sus discípulos para demostrarme cuán perfectas eran sus obras, ya que los hombres que habían sido antes de conocer al Adón, habían dejado de existir, para que viviera en ellos, el espíritu de verdad y de perfección que reflejaban.
Contemplaba extasiada el horizonte, enmarcado en un maravilloso cielo azul y un mar sereno que reflejaba, múltiples destellos de luz, producidos por un inmenso sol brillante. La tranquilidad que nos regalaba ese día nuestro Padre Celestial era el galardón que faltaba para cerrar unos días maravillosos.
Nunca se borraría de mi mente la visión que me dejó contemplar Elohim, cuando se abrieron mis ojos para ver la gloria que nos rodeaba, el día que mis hermanas se inmersaron. La luz que reflejaban los Malajim1 del Altísimo, sobrepasaba el resplandor del sol, sabía que ese día Elohim me estaba concediendo la virtud de poder ver a sus mensajeros celestiales. Ese era un deseo que siempre había tenido y lo pedía en oración cada vez que podía. Comprendí cuán amada era, que aún sintiendo no ser merecedora de recibir algo de parte de mi Padre Celestial, El me estaba diciendo que dejara de dudar y que todo lo que pidiera en el nombre de su Hijo, haciéndolo con convicción lo recibiría y me estaba dando una maravillosa prueba de ello.
Cuando emergí de la profundidad de mis pensamientos, miré a Victoria que estaba frente a mí, su rostro tenía una expresión de incertidumbre, paseaba su mano por el largo y negro cabello, una y otra vez, luego lo tomaba entre los dedos, enroscándolo de una manera muy graciosa, formando rizos que dejaba caer sobre sus hombros. Dejó de jugar con sus cabellos, me miró y me preguntó:
      - ¿Oíste lo que me dijo Seba cuando caminábamos hacia el agua?
      -     Sí. – le respondí.
-          ¿Crees que seré capaz de llevar a cabo la labor que tiene Elohim destinada para mí y no fracasar?
-          Si tu duda parte de ti misma, como un simple ser humano, no te aseguro el éxito. Pero si tu duda parte de Elohim, estarías cuestionando su inmenso poder. Él puede ver a través de ti, conoce tus pensamientos y pesa tu corazón siempre, El sabe lo que eres capaz de hacer y esta esperando que deposites toda tu confianza en El. Seba te contó quien fue antes de conocer al Mesías, y a quien eligió como sus discípulos, eso te demuestra que si no prevalece tu voluntad ante la de Elohim, si tu humildad permite reconocer que por ti misma no puedes hacer nada, y le pides que El sea en ti y sobre ti, haga su voluntad, entonces no debes dudar, el te dirá lo que debes decir y hacer en el momento adecuado. Tienes que orar mucho Victoria, tu relación con nuestro Padre Celestial debe crecer y fortalecerse día a día.
-          ¿No es increíble?, antes pensaba que las personas como ustedes, eran unos locos que tocaban músicas extrañas y que adoraban a seres que no existían, nos reíamos con mis compañeras mofándonos de sus vestidos y de lo aburridos que suponíamos que eran. Mírame ahora, la gente que me rodeaba, cree que estoy loca, que estoy actuando en contra de mi voluntad porque ustedes me secuestraron. Ahora, daría la vida por ustedes, y no solo eso, daría mi vida por sacar a mis hermanos que están cegados por el error, llevándoles la luz de la verdad que viene de Elohim.
         -¡Que Yah te bendiga hermanita!, Bienvenida a la luz.- Le dije emocionada por las palabras que acababa de escuchar.
Al llegar a Cencrea, nos diste la bienvenida con la noticia que habías recibido tres cartas, una para Persis de tía Priscila, y las otras dos de Shaúl y de Priscila, para mí.
Corrí a mi cuarto impaciente, deseosa de saber noticias de ellos; Victoria se quedó contándote los detalles de nuestro viaje a Egina y Persis se retiró a la sombra de un árbol a leer su carta.
La primera que abrí fue la de tía Priscila y esto decía:

De: Priscila.
A: Mi amada sobrina, Julia. Que la Paz y protección de nuestro Padre Celestial sean contigo.
Amada sobrina, espero te encuentres bien, es mi mayor deseo que seas bendecida, por Elohim, en todo lo que emprendas, es de mucha valentía renunciar a la vida que llevabas para dedicarte a ser una servidora de nuestro Padre Celestial. Tienes todas las condiciones para serlo, por eso fuiste escogida. Debes mantenerte fuerte, orar mucho y tener Fe en nuestro Elohim, pero si en los momentos de flaqueza te sientes angustiada quiero que sepas que  todos estamos orando por ti.
Aquí sigue todo revuelto, continúan los saqueos a la orden de Nerón, se han promovido mas que nunca los “espectáculos” en el anfiteatro, la gente sale tan incitada a la violencia que provocan disturbios sangrientos. Como ya sabes, antes eran sólo luchas entre gladiadores, y carreras entre carros, ahora también llevan fieras, que mantienen sin alimento, para que luchen contra los hombres que apresan, o que son esclavos. Nosotros oramos más que antes, por las almas de aquellos que son protagonistas. Estos horribles “espectáculos sangrientos” se realizan más de veinte veces al día, llenándose el anfiteatro en su totalidad.
Siempre espero ansiosa los barcos que llegan desde Acaya, porque pienso que llega una carta tuya y de Persis. Sé que cuidas de ella mejor que de ti misma. Sopórtense una a la otra como siempre lo han hecho, con mucho amor, y ahora más que nunca ya que están las dos en la causa del Adón.
Yo estoy muy bien de salud, con dolores típicos de una vieja inquieta, pero Elohim me sostiene, para que pueda continuar con la tarea que le fue asignada primeramente a mi esposo y luego a mí. Envíale mis saludos a Febe, y a todos los que están contigo, no dejes de encomendarte todos los días a Elohim, envíame pronto noticias de ustedes  porque las extraño mucho y quiero saber como pasan sus días. Hija, que el Altísimo te llene de bendiciones, te proteja y te guíe todos los días, espero verte pronto, tu tía Priscila. 

Estaba muy contenta de saber que mi tía se encontraba bien, pero mi corazón se entristecía por aquellos que vivían atormentados en plena oscuridad, aquellos seres que encuentran diversión en la desdicha de los otros, deleitándose con la sangre derramada en esos demoníacos espectáculos.
Oré pidiendo por sus almas y luego abrí la carta de Shaúl. Adjunto había un paquete que me llamó la atención, pero decidí abrirlo después que leyera la carta, aquí la remito:

De: Pablo, siervo de YHWH y enviado de Yahshúa ha Mashiaj, conforme a la Fe de los escogidos de Elohim, a mi amada hija en la Fe Julia, gracia y Shalóm sea contigo y los que están en casa de Febe.
Doy gracias a Elohim todos los días de mi vida porque me han llegado noticias de ti y de cómo te preparas en la Fe, que sigues firme y todo lo que estás aprendiendo y lo aplicas ocupándote en las buenas obras. De este modo se ven los frutos de la semilla de verdad y de vida que fue plantada en tu alma por medio de la palabra.
No hay satisfacción más grande que rescatar a un hermano de las tinieblas, sacarlo de su ceguera espiritual y llevarlo a la luz, participando de la regeneración de su corazón, salvándole para vida eterna que es en Yahshúa ha Mashiaj.
 Mi alma se regocija al saber que has sido instrumento de Elohim para ayudar a una hermana que estaba en penumbras, pues a través de su entrega al Adón ella también salvará a otros llevándoles el mensaje de Salvación. Queda mucho por hacer todavía hasta que vuelva nuestro Adón, hay muchas vidas que desesperadamente están clamando por ayuda y al no saber qué hacer ni adónde ir, se quedan donde están, abandonando el deseo de buscar la verdad, dejando que la tristeza, la amargura, y el dolor aniden en sus corazones, también hay almas dispuestas a hacer cualquier cosa por salir de la oscuridad donde se encuentran. Para cada una de esas vidas, Elohim tiene preparada una puerta de salida, y ustedes son sus instrumentos, para hacerles conocer que existe realmente un poder que es, sobre todo poder, que los puede rescatar para vida eterna; ésa es la potestad de Elohim que nos es revelada a través de Yahshúa ha Mashiaj, pero a pesar de su inmenso poder, Él nos da el libre albedrío, la capacidad que nos  fue otorgada para elegir lo que haremos con nuestras vidas. Si optamos por buscarlo a El, nuestro Padre Celestial romperá las cadenas que nos tienen sujetos a una vida únicamente terrenal, sin esperanza alguna a la eternidad, mostrándonos la luz de verdad, que siempre estuvo ahí, pero no la podíamos ver. Ustedes serán potadores de la llave que abre la puerta a la salvación.
Amada hijita, fuiste escogida por medio de revelación del Altísimo a éste, su siervo, para que conozcas su nombre, el de su Hijo y la sabiduría que en ellos reside, llevando ese conocimiento a todos los que tengan sed de Él. Debes advertir a todos los hermanos que deben tener cuidado con las falsificaciones de las que el enemigo hace uso, para extraviar a los que se han encaminado. Mantente firme para poder sostener en la Fe a aquellos que todavía no tienen sus pies sujetos a la buena voluntad de Elohim.
Aquí, es de público conocimiento, que desde los días de Claudio César, un hombre llamado Simón “El Mago”, a quien conocimos en Samaria, siendo colaborador de Felipe, quiso obtener por medio de dinero, los dones del Rúaj de Elohim, apartándose así de la causa. Debido a su corazón sin rectitud y lleno de codicia, no pudo ver que las dádivas de Elohim, son gratuitas e impartidas a aquellos que lo buscan sinceramente y sin deseos de engrandecerse. Este hombre ignorando la justicia de Elohim, sigue absorto en su lucha ambiciosa por los honores mundanos y ahora, nombrado Jefe de los misterios Babilónicos, “El Mago”, Simón Pedro, llamado igual que nuestro hermano Kefa, es el conspirador número uno en la estratagema tramada por los sacerdotes de los ministerios paganos Babilónicos samaritanos. Estos conspiradores están empeñados en apropiarse del nombre de Yahshúa, llamado Cristos por los griegos, para encubrir su diabólica secta y están queriendo fundar una religión a través de la alianza con los seguidores del Mesías.
Por eso, amada Julia, debes tener cuidado con aquellos que están extraviando almas, enseñando doctrinas de hombres, torciendo las sagradas escrituras para su propio beneficio.
Junto a esta carta te envío el libro de Enoc, que te revelará muchos secretos celestiales. Este hombre justo y perfecto ante los ojos de YAH, es contado entre la séptima generación descendiente de los que moraban en el Edén. Durante trescientos años anduvo con Elohim en la tierra, él pudo contemplar desde lejos la venida de nuestro Salvador. Leerás allí palabras de bendición con las que bendijo Enoc a los elegidos justos que vivirán en el día de la tribulación, cuando serán rechazados todos los malvados e impíos, mientras los justos serán salvados.
A Enoc le fue revelada una visión del Santo y del Cielo pronunció su oráculo y dijo: la visión del Santo de los Cielos me fue revelada y oí todas las palabras de los vigilantes y de los Santos y por que las escuché he aprendido todo de ellos y he comprendido que no hablaré para esta generación sino para una lejana que está por venir. Es acerca de los elegidos que hablo y a causa de ellos que pronuncio mi oráculo: el Único Gran Santo vendrá desde su morada. El Elohim eterno andará sobre la tierra, sobre el monte Sinaí aparecerá con su gran ejército y surgirá en la fuerza de su poder desde lo alto de los cielos. Y todos los Vigilantes temblarán y serán castigados en lugares secretos y todas las extremidades de la tierra se resquebrajarán y el temor y un gran temblor se apoderará de ellos hasta los confines de la tierra. Las altas montañas se resquebrajarán y derrumbarán y las colinas se rebajarán y fundirán, como la cera ante la llama.
Y la tierra se dividirá y todo lo que esta sobre la tierra perecerá y habrá un juicio sobre todos. Pero con los justos El hará la Paz y protegerá a los elegidos y sobre ellos recaerá la clemencia y todos ellos pertenecerán a Elohim, serán dichosos y benditos, los ayudará a todos y para ellos brillará la luz de Elohim.
Mirad que Él viene con una multitud de sus Santos, para ejecutar el juicio sobre todos y aniquilará a los impíos y castigará a toda carne por todas sus obras impías, las cuales ellos han perversamente cometido y de todas las palabras altaneras y duras que los malvados pecadores han hablado contra Él.
Enoc, con estas palabras se dirigió a ti y a las futuras generaciones que busquen a Elohim con un corazón sincero y  obediente. Comenzará a correrse el velo de las cosas que Elohim tiene reservadas para sus verdaderos y fieles discípulos. Retribuyéndolos por su incondicionalidad, los colma de eterna sabiduría. Por eso te mando ante Elohim que da vida a todas las cosas, que perseveres en la Fe, seas constante en la oración y te instruyas en las cosas del Adón. Persiguiendo la verdad, dejándote llevar por el Rúaj de Elohim, llegaras a descubrir y entender claramente los misterios que antes no percibías.
Tú que eres una joven sensata y obediente, exhorta a las jóvenes como tú, a que sean sensatas, sobrias, prudentes, sanas en la Fe, en el amor y en la paciencia. Muéstrate en todo por ejemplo de buenas obras. Que vean en tu enseñanza integridad, dignidad, palabra sana intachable, para que el contendiente se avergüence y no tenga nada malo que decir de ustedes. Enseña lo que esta de acuerdo con la sana doctrina y persiste en lo que has aprendido, sabiendo de quien lo aprendiste, recuerda que toda la escritura es inspirada por YaHWéH, y es útil para enseñar, reprender, enmendar, e instruir en justicia, para que el hombre y la mujer de Elohim sean perfectos, íntegramente instruidos para buena obra.
Antes de terminar este escrito, debo pedirte que vayas a Yerushalayim y busques a nuestro hermano, Tadeo, también llamado Agabo, Padre de Febe. Debes entregarle el paquete que contiene valiosos escritos, el ha de llevarlos a Quirbet donde hay una comunidad de hermanos que están rigurosamente dedicados al servicio de Nuestro Padre Celestial. Tadeo es un fiel seguidor y emisario de nuestro Maestro Yahshúa ha Mashiaj, él te hospedará e instruirá en la Palabra como si fuera yo.
Le envié hace pocos días una carta comunicándole quien eras tú y las cosas que le llevarías de parte mía. Nuestro hermano amado Rufo te acompañará para guiarte y velar porque llegues a destino, puesto que él ya ha ido otras veces y sabe donde vive Tadeo. Debo insistirte que esta labor fue encomendada a ti por medio de revelación, has sido elegida para servir a Elohim con honor y reverencia, la confirmación de ese llamado, fue el día que aceptaste a Yahshúa ha Mashiaj como tu Salvador sin ninguna resistencia, arrepintiéndote desde lo mas profundo de tu ser te revestiste de humildad bajo la poderosa mano de Elohim, cumpliendo las profecías que acerca ti me fueron reveladas, por lo que serás exaltada a su debido tiempo.
Santifica a Yahshúa, nuestro Adón, en tu corazón y prepárate siempre para responder con mansedumbre y respeto al que demanda fidelidad y razón de la esperanza que hay en ti. Estoy seguro que entiendes cada palabra que te he escrito, porque sé que has crecido en la gracia y en el conocimiento de nuestro Adón y Salvador Yahshúa ha Mashiaj.
No te demores en realizar las tareas encomendadas, porque para nuestro Padre Celestial un día es como mil años y mil años como un día, El no demora en cumplir sus promesa como algunos creen, y a pesar que los tiempos apremian, es paciente con nosotros porque quiere que todos seamos salvos. Amada hijita, guarda lo que se te ha confiado con grande celo, me despido de ti confiando en tu obediencia, convencido que harás aún mas de lo que te pido. El Adón Yahshúa sea con tu espíritu, la gracia sea con ustedes.

Corrí a darles la noticia a todas que debía partir cuanto antes, mi corazón estaba exaltado y Feliz porque conocería la tierra de mi amado Salvador.
Le dije a Persis que me acompañara, Victoria me abrazó diciéndome que me extrañaría muchísimo, sabíamos que debía quedarse porque tenía una gran tarea por cumplir.
Fui a ver a Rufo quien ya sabía acerca del viaje, Shaúl le había escrito a él también y me dijo que partiríamos en tres días.


 

jueves, 11 de noviembre de 2010

Capitulo VI

Si invocas a la inteligencia y llamas a voces a la prudencia;
Si la buscas como la plata y como un tesoro la rebuscas,
Entonces entenderás el temor de YaHWéH y la ciencia de Elohim encontrarás.
Porque YaHWéH es el que da la sabiduría
De su boca nacen la ciencia y la prudencia.
Reserva el éxito para los rectos, es escudo para quienes proceden
con entereza,
Vigila las sendas de la equidad y guarda el camino de sus amigos.
Entonces entenderás la justicia, la equidad y la rectitud:
Todos los senderos del bien.
Cuando entre la sabiduría en tu corazón y la ciencia sea dulce
Para tu alma...

                                         Proverbios 2:3-10

                                                                 

VI


Con la ayuda de Hermas logré vender muchas cosas en el puerto y las ganancias que obtuve sirvieron para comprar alimentos y compartir con otros hermanos. Le enseñé a Persis a usar el torno y hornear las piezas de barro, de esa forma me ayudaba con la producción de cuencos y adornos, que era lo que mas se vendía.
Persis había estado muy extraña esos días, la notaba pensativa y aislada. Como esa actitud cada vez era más notoria, decidí preguntarle qué le ocurría, pero sus respuestas no me convencían. Tuve miedo de que los hechos ocurridos anteriormente la hubieran afectado demasiado. En sus cortos catorce años, había pasado por muchos sucesos desagradables y si no hubiera sido por la protección de Elohim quién sabe si podría haber resistido. Ella era una niña muy dulce, dotada de una gran belleza, tímida pero con mucho valor y poder de decisión. Temerosa de Elohim dedicaba, gran parte del día a la lectura de la palabra y solía retirarse en soledad para meditar en ella. Rufo y Persis se habían hecho muy amigos, solían ir juntos hasta el puerto a ayudar a Hermas en el mercado. Por las tardes Rufo le enseñaba a tocar el Arpa, eso me agradaba mucho porque yo estaba demasiado ocupada, y solía sentir que la dejaba un poco de lado, pero prefería que se quedara en la casa con Victoria, mientras yo me iba  contigo a visitar a los otros hermanos, ya que cada vez se ponía mas difícil reunirse, debido a la fuerte oposición que se hacía presente hasta en las calles. Cuando las recorríamos, las personas nos miraban con desconfianza y algunas murmuraban mientras pasábamos por su lado, pero como ya sabes ese sólo era el comienzo. Por eso, Rufo era una gran compañía para Persis, varón de profunda piedad, proclamaba osadamente su Fe, poseedor de una gran sabiduría, era romano de nacimiento, pero hablaba griego y hebreo. Además estaba muy familiarizado con los usos y costumbres de los judíos, por lo que tuvo ocasión de predicar en las sinagogas de los judíos griegos. El llenaba el espacio dejado por mis largas ausencias, Persis y Victoria aprendieron mucho de él.
Le dije a Persis que cuando sintiera la necesidad de contarme lo que le sucedía yo iba a estar siempre dispuesta a escucharla, porque la amaba y además de primas éramos hermanas en la Fe, si algo la perturbaba o le estaba causando dolor, podríamos buscar la solución y orar juntas por ello. Me agradeció y dándome un fuerte abrazo me dijo que no me preocupara, no quería ser de tropiezo para mí distrayéndome con problemas que ella podía resolver con la ayuda de Elohim y que deseaba fortalecerse en la Fe para poder ser de ayuda en la causa del Adón. También me contó que Victoria y ella estaban pensando en hacer Tevilah1 en unos días. Le dije que esa era una hermosa noticia y la mejor decisión que podía tomar, me lleno el corazón de una inmensa Felicidad, nos abrazamos saltando de alegría, salí del cuarto donde estábamos y  me fui a buscar a Victoria para Felicitarla por tomar la decisión de inmersarse, las dos harían el ritual maravilloso de arrepentimiento y de pacto con nuestro Padre Celestial. Al  atardecer, celebramos juntas las cuatro, mientras yo elevaba melodías con el arpa. Tú, hermana amada, hiciste uso de la hermosa voz que te regaló Elohim cantando salmos para él, Victoria y Persis danzaban alrededor nuestro. Recordé las palabra de mi Maestro cuando me dijo, “Habrá mas gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento”.
Cuando me retiré a descansar, comencé a escribir la carta dónde le relataría a Shaúl todo lo acontecido, y otra a Lucio, el hermano que había sido apresado en Corinto y trasladado a Yerushalayim para ser juzgado, cuando nos despedimos le había dado mi palabra de que pronto recibiría noticias mías, estaba ansiosa por escribirles a todos y compartir con ellos, a pesar de la distancia, lo que me estaba sucediendo. Tenía que apresurarme porque al otro día, muy temprano en la mañana zarparían los dos barcos que llevarían mis cartas, uno a Pozzuolli  y el otro a Antípatris, donde hay un puerto cercano a Yerushalayim. Una vez allí, los hermanos que partirían en los barcos, se encargarían de llevar las cartas a destino. Junto a la carta para Shaúl enviaba una para tía Priscila, que debía estar angustiada por no recibir noticias mías ni de Persis.
Me dormí orando porque llegaran las cartas sin demora y que los portadores de las mismas fueran protegidos por las fuerzas celestiales de Elohim para que nada les sucediera en el camino.
Dos días después acompañamos a Victoria y a Persis a la isla de Egina donde vivía un hermano de la congregación llamado Seba, nacido en Yerushalayim e hijo de un Fariseo. Había conocido a nuestro Salvador Yahshúa, por medio de Kefa, con quien trabajaba, Seba recibió el Rúaj de nuestro Padre Celestial, junto con las miles de personas que estuvieron en la congregación celebrando Shavuot 2, después de la ascensión al cielo del Mashiaj.
En ese momento, se encontraba en la isla por obra de Elohim, para dar testimonio de la verdad sagrada en la que fue inmerso y bajo la influencia de esa iluminación celestial, inmersaba en las aguas a los habitantes del lugar en el nombre de Yahshúa tal como el Padre lo ordenó.
Al llegar me deslumbró la hermosura del paisaje. Las montañas servían de marco al majestuoso templo de Apolo. Innumerables estatuas de mármol opacaban los espacios donde había flores. Comprendí lo necesaria que era la presencia de Seba en la isla, ya que estaba dedicada casi en su totalidad a la idolatría. El realizaba la magnífica labor de rescatar almas para Elohim, tarea que por supuesto no le era para nada fácil, los sacerdotes del templo de Apolo estaban en completo desacuerdo, al punto de estar a la espera de que, si Seba atacaba directamente a sus dioses y a los grandes hombres de la ciudad, se habría expuesto a la suerte de Sócrates, siendo condenado a muerte.
La casa de Seba estaba cerca del puerto, al noroeste de la isla, en una llanura cubierta por variedades de cultivos que tapizaban el lugar. Las plantaciones de uvas e higos perfumaban el aire, también cultivaban la fruta del olivo, almendras y maní. Nuestro hermano era poseedor de unas tierras que había adquirido con el fin de darles trabajo a los esclavos que compraba en el puerto, donde era común su comercialización, para liberarlos y tras su libertad no volvieran a ser capturados, sino que estuvieran bajo su protección. Distribuía las ganancias y los bienes que obtenía entre las personas que vivían con él, de acuerdo a las necesidades de cada uno. Eran muchas las familias que habían construido sus viviendas alrededor de la casa de nuestro hermano y dependían del trabajo en la campiña de Seba.
Ya en las puertas de su casa, nos recibió con afecto incomparable. Su aspecto era de una incomparable dulzura celestial, sus ropas eran blancas como el algodón, hacían resaltar el azul de sus ojos que tenían un brillo especial, tenía una barba larga y muy blanca que se perdía entre las ropas. Sus movimientos eran muy tranquilos y poseía una amabilidad asombrosa.
Compartimos un almuerzo delicioso que el mismo preparó y cuando ofició la bendición de los alimentos lo hizo de una manera muy similar a la de Shaúl. Todos nos emocionamos al escuchar su tierna voz, cantando en agradecimiento a Yah, elevando sus manos al cielo, con una expresión en su rostro de Felicidad, como si el Padre lo estuviera tomando de las manos.
Cuando terminamos de almorzar nos llevó a recorrer las plantaciones mientras nos contaba como era su vida allí, nos dijo que, con las riquezas que le había dejado su padre y después de haber recibido la orden del Altísimo de viajar desde Yerushalayim hasta Egina, compró las tierras para poder generar recursos y subsistir, pero el Altísimo lo bendijo de tal manera por cumplir los propósitos divinos, que no sólo subsistió, sino que pudo sostener a las familias que después de aceptar la verdad eterna, y alejarse de la idolatría, debían abandonar sus hogares, porque eran terriblemente asediados por los que rechazaban la doctrina del Adón. Allí como en todas partes el enemigo y su ejercito de ángeles caídos se esforzaban, por medio de argucias y persecuciones en apartar a los conversos de la verdadera Fe.
Seba nos dijo que los obreros de Elohim debíamos proseguir rápidamente con la causa del Adón debido a que Ha Satán estaba introduciendo elementos de confusión y rebelión en las mentes de aquellos cuyo corazón estaba endurecido, debido al celo con que defendían su posición carente de sabiduría de lo alto y llena de doctrinas de hombre.

Citó: - Como dijo nuestro hermano Pavlos, no tenemos lucha contra sangre y carne sino contra principados, contra potestades, contra los gobernantes de las tinieblas de este mundo. En las Sagradas Escrituras están claramente reveladas todas estas cosas, nos dicen acerca del número, de la gloria y del poder de los seres celestiales. Los discípulos de Yahshúa ha Mashíaj, todos los que le amamos y seguimos sus mandamientos, estamos bajo la protección de los guardianes de Elohim, es el medio utilizado por Yah, para proteger a su pueblo.
Nadie está en mayor peligro que aquellos que niegan la existencia del Demonio y sus ángeles caídos, ellos aprovechan la necedad y la ignorancia de tales personas para influirlos y hacerles creer en sus sugestiones, convencidos de que siguen el dictado de su propia sabiduría. Ha Satán vive temiendo que nos demos cuenta de sus engaños, las Sagradas Escrituras nos  revelan sus fuerzas ocultas, dándonos ejemplos de como actúa, poniéndonos en guardia contra sus ataques. Por eso instrúyanse en la Palabra de YaHWéH, en su nombre y en su palabra está el poder, ángeles de su ejército son enviados del cielo para protegernos.

Estábamos deleitados con la sabiduría con la que relataba el poder infinito de nuestro Padre Celestial, Persis y Victoria, casi no prestaban atención al paisaje, sus ojos estaban fijos en el rostro tan agradable de aquel hombre que las tenía cautivadas con las cosas que decía. Rufo, que también estaba con nosotras, desbordaba de alegría y yo no quería dejar de escuchar a Seba pero estaba obscureciendo y debíamos volver para descansar, porque al otro día mis hermanas harían Tevilah y nos despertaríamos muy temprano.
Estaba amaneciendo cuando me despertó Persis que ya estaba vestida y muy ansiosa. Le dije que llamara a Victoria, que era la que más tiempo dormía, pero milagrosamente en ese momento apareció en el cuarto ya lista, avisándonos que el desayuno estaba servido. No podía creer lo que mis ojos veían, agradecí inmensamente a mi Padre Celestial por el cambio que había producido en mis hermanas, Persis era una niña muy tímida, solía tener un andar triste y cabizbajo, su rostro solía reflejar todo el dolor que su alma cargaba. Victoria que había  llevado una vida desenfrenada y por lo cual ella misma se había definido como “muerta en vida”; cuyas ropas eran exuberantes, de muchos colores y bordados exagerados, cuyo pelo estaba siempre alborotado y no solía asearse muy seguido que adornaba su cuerpo con muchas joyas y su rostro estaba siempre pintado, había cambiado...
Ese día, cuando las vi esperando que yo me vistiera, paradas en la puerta, ansiosas y Felices, no paraban de hablar. Sus expresiones y su apariencia eran totalmente distintas a las de antes y en ese momento me di cuenta más que nunca de como te transforma maravillosamente el amor de Elohim. Él llena los corazones de los que creen de gozo, nos viste con la coraza de la Fe, de amor y de salvación. Él impide que las aflicciones amarguen el carácter y destruyan la paz mental, aún en las mas duras pruebas, porque si las soportamos bien, Él nos refinará como al oro y nos purificara como agua de manantial uniéndonos más y más con Yahshúa. Y, como me dijo Shaúl, “los que participan de los sufrimientos de Yahshúa ha Mashiaj, participarán también de su consuelo, y al fin compartirán su gloria”.
Fuimos hasta un lugar solitario de la isla, en la costa. El agua estaba transparente y muy calma, imitaba el celeste profundo del cielo, parecía como si todo ese paisaje estuviera preparado para nosotros.
Todos estábamos vestidos de blanco, Persis y Victoria estaban resplandecientes, Seba comenzó a cantar salmos en hebreo y Rufo lo acompañaba con el arpa. Cuando terminó nos dijo, dirigiéndose especialmente a las dos hermanas que iban a inmersarse:
-          En este día los poderes celestiales están conmovidos, miles de ángeles de Elohim nos rodean danzando y  elevando odas a Yah, derramando rayos de luz, para disipar el error y abrir sus mentes y corazones, para recibir la verdad y la bendición de nuestro Padre Celestial. Cada acto de renunciación, de sacrificio, es fielmente registrado y traerá su recompensa. A partir de hoy nada ni nadie podrá atravesar el cordón con el que son sujetos a su Creador, ese cordón lleva el nombre de su Salvador, Yahshúa ha Mashiaj. Ya no hay nada que se pueda ofrecer en sacrificio que tenga valor para Elohim, el Mashiaj se convirtió en el verdadero y único sacrificio por los pecados del mundo. Él, bañándonos en su sangre, pura y sin mancha, abrió un sendero de salvación tanto para Judíos como para gentiles, renovando el pacto hecho anteriormente con nuestros patriarcas, convirtiéndonos en una sola carne con él. Porque todos somos hijos de Adán, debemos hacer valer eso mediante una vida de obediencia imitando lo mejor posible a nuestro único Maestro Yahshúa testigo fiel y verdadero, la Palabra de YaHWéH encarnada. 
Tomando de la mano a Persis la llevó hasta las aguas mientras le decía:
-          Hijita, Elohim se deleita en tomar al ser humano imperfecto y transformarlo para alabanza de su gloria y de su gracia. Su amor te regenera y te engrandece. A partir de este momento eres llamada desde las tinieblas a la luz admirable de la verdad. Darás a otros las verdades vivientes del cielo, les llevaras el nombre, que es sobre todo nombre, el que te dará el  poder suficiente para obrar de una manera que ni te imaginas, darás un testimonio fiel a tu generación, serás un centinela para los que te escuchen, ángeles serán enviados para tu protección en todo momento para que no sea interrumpida la labor que te ha sido designada, porque deberás sortear luchas, persecuciones y tinieblas te cercarán, pero si no te apartas de sus instrucciones de vida, YaHWéH no te abandonará. Las doctrinas puras del cielo te serán reveladas para que no salga de ti palabra que no sea de Elohim y para que tu pie no tropiece.
Después de decirle estas palabras la sumergió en las aguas en el nombre de Yahshúa ha Mashiaj como fue ordenado por los siglos de los siglos hasta su regreso.
El rostro de Persis reflejaba una Felicidad como nunca había visto antes. Corrió a abrazarnos a todos y nos dijo cuánto nos amaba y se alegraba su corazón porque estuviéramos con ella compartiendo ese momento. Después de esa demostración de afecto nos echamos a reír por que estábamos todos mojados.
Seba invitó a Victoria a que lo acompañase y mientras iban caminando le dijo:
-          Hermana, dijo YaHWéH por medio del profeta Yeshayah3:- “Ustedes son mis testigos, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcan y crean, y entiendan que yo mismo soy: antes de mi no fue creado dios, ni lo será después de mi. Yo, yo YaHWéH, y fuera de mi no hay quien salve, e hice oír, y no hubo entre ustedes dios ajeno. Ustedes, pues, son mis testigos, dice YaHWéH, que yo soy Elohim”. “Yo YaHWéH te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de las casa de prisión a los que moran en tinieblas”³. Victoria, a partir de hoy debes ponerte el pectoral de justicia y hacer uso de la buena voluntad y de la confianza en el Altísimo, con los que podrás combatir las fuerzas del maligno. Debes saber que nuestro Salvador no escogió como discípulos suyos a personas eruditas o poderosas por si mismas, escogió personas humildes y sin letras, los preparó y los educó, para proclamar las verdades del Cielo, aún hoy lo sigue haciendo a través de nosotros que debemos educar a otros en su doctrina y así será de generación en generación hasta su vuelta. Fuiste elegida por la gracia de Yahshúa para llevar el mensaje de vida a otros, al igual que tú estuviste sometida bajo el poder de las tinieblas; ellos todavía están entenebrecidos, debes llevarles la luz para que puedan elegir entre la vida o la muerte eterna. Debes llevar a cabo la labor que te es encomendada, antes de que seas llamada a descanso. Deposita enteramente tu confianza en el Adón, Él sabe que las personas elegidas para ser servidores de Elohim, son personas débiles y expuestas a errar; pero si te entregas con humildad y verdadero arrepentimiento, en súplica ferviente y perseverante, siguiendo su ejemplo, Él te promete ayuda divina en la batalla contra la desobediencia y en los momentos más difíciles te llenará de valor.
Victoria lo miró conmovida y con la vos endulzada por la emoción le dijo:
-          Que así sea, y se haga la voluntad del Padre sobre mí,  haré que se sienta orgulloso de quien una vez lo rechazó y se entregó a los placeres del mundo. Hoy me entrego completamente a Él, bañándome en la sangre de su Hijo quien la entregó para pagar por mis errores. ¡Améin!
Una vez dicho esto Seba la sumergió en las aguas completando el hermoso ritual de inmersión. En ese momento creí desvanecerme, me refregué los ojos porque mi visión estaba nublada. Cuando volví a mirar, vi montones de ángeles de Elohim, rodeando el lugar donde estábamos. Estaban ordenados al igual que un ejército de hombres en formación estratégica, listos para la batalla. Era una visión maravillosa, nos estaban resguardando para que ese momento no fuera interrumpido por nada. La luz que irradiaban era tan fuerte que casi no se distinguían las figuras. Exaltada por la emoción les pregunté a todos, casi gritando, si estaban viendo lo mismo que yo, pero me dijeron que no, excepto Seba que cayó al suelo postrándose para adorar a Yah e invitándonos a que hiciéramos lo mismo nos dijo:
- Vengan, amados, acérquense más, exaltemos a aquel que es motivo principal de los afectos y obediencia de sus criaturas. YaHWéH, adorado sea tu nombre, eterno e infinito es tu amor, eres grande en misericordia y tardo para la ira, por eso nos has llamado, por medio de tu hijo Yahshúa ha Mashíaj, para que seamos instrumento de tu voluntad, haciendo honor a tu Santo Nombre, impidiendo que sea borrado o sustituido. Tú lo harás conocer a toda criatura, para que conozcan su poder, guiarás a tus siervos para que lo guarden con celo de aquellos que, instigados por el maligno, intentarán someter tu nombre al olvido. El mal crecerá como nunca antes, en las generaciones venideras, pero al fin de los tiempos, como tú lo estableciste, tu nombre resurgirá con magnífico e inigualable poder entre aquellos que escuchen tu llamado, restaurándolo y desterrando todo nombre sustituto, lo llevarán hasta los confines de la tierra, para que todos sepan cual es el nombre de Elohim y el de su hijo Yahshúa, que fue dado a los hombres para que por medio de Él, sea toda oración, no hay otro más poderoso, ni en ningún otro hay salvación, Él es el único Sacerdote que interviene por nosotros para perdón de nuestros pecados y obtención de la vida eterna. ¡Améin!.

Después de escuchar la revelación que nos era dada por medio de nuestro hermano, nos incorporamos porque hasta ese momento estábamos postrados en señal de humillación y agradecimiento, a nuestro Padre Celestial. En ese momento, mis ojos fueron cerrados al universo celestial y ya no podía ver a los ángeles, pero sabía que seguían allí pues, aunque se relevan y cambian puestos, nunca nos abandonan.
Regresamos a la casa de Seba y compartimos una deliciosa comida, junto a todas las personas que vivían con él. Nos recibieron con mucha alegría y gestos afectuosos felicitando a Persis y Victoria por haber aceptado a Nuestro Adón y realizar Tevilah.
La tarde se llenó de cantos y alabanzas acompañados por hermosas melodías que salían de los instrumentos que tocaban los hermanos mientras otros danzaban. Era una fiesta en honor a nuestro Padre por habernos recibido como sus hijos justificados por la sangre de nuestro Mesías.
Antes de retirarnos a descansar, Seba nos dedicó unas palabras. Aprovechando que estábamos todos nos dijo:
- Amados hermanos, siempre recuerden que la Salvación en Yahshúa
nos aparta de toda religión, porque el Todopoderoso no es religioso, ni nos pide religión, que es una invención puramente humana, nuestro Padre Celestial nos pide Fe y gratitud en alabanza, por todo lo que hace en nuestras vidas y eso es lo que nos diferencia de otras personas como creyentes y es la verdad que nos debe llevar al frente cuando llevamos la palabra de Elohim, pero sin apartarnos del tanaj4, que es esencial en nuestras vidas. Hijos míos, no entren nunca en discusiones ni contiendas sobre religión, porque debilitarán la obra para la que fueron destinados, mi deseo es que tengan el discernimiento concedido de lo alto, para darse cuenta en esos momentos, que están siendo provocados por el maligno para perder la paciencia, mantengan la compostura, sean amables y pacientes con aquellos que no entiendan el mensaje. Tengan cuidado con los falsos maestros que intentaran seducirlos con doctrinas mezcladas, e intentaran inducirlos al error de tergiversar las sagradas escrituras, cambiando los mandamientos de Elohim por mandamientos de hombres. ¡Ustedes saben como probarlos!. Recuerden que nos fue dicho por nuestro único Gran Maestro, que si lo amamos, guardaremos sus mandamientos, y el le pedirá al Padre y el Padre nos dará otro consejero confortador como Èl, El Rúaj de verdad para que este con nosotros para siempre; la manera que podemos estar seguros que le conocemos, es si estamos obedeciendo sus mandamientos, cualquiera que diga, “yo le conozco”, pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no esta en el.
-          De esta manera,-prosiguió – probarán espíritus y se probarán ustedes mismos. Como testigos de la verdad y de la justicia de Elohim andarán por el mundo. Yo los bendigo en el nombre de Yahshúa ha Mashiaj.

Luego de decir estas palabras nos saludamos todos con beso santo y un abrazo de despedida, con la esperanza de vernos de nuevo,  porque al otro día saldríamos muy temprano de Egina, de regreso a Cencrea.


 Referencias:

1. Tevilah.- inmersión en agua (Eze.36:25-27, Mat.3:6-11 Marc.16:16) es ritual de arrepentimiento y de pacto con YHWH, Elohim de Israel y de todas las naciones, practicado hasta el día de hoy, también es llamado bautismo. Así se bautizo nuestro Mesías.

2. Shavuot.-Fiesta de la entrega de la Torá. Llamada por la iglesia Católica Apostólica Romana, Pentecostés. La fiesta de las Semanas, puesto que viene siete semanas después de Pascua; también llamada Pentecostés (del griego pentekostos, "cincuenta"), porque uno cuenta cincuenta días después de Pascua. Una de las tres regalim ("fiestas de peregrinaje") cuando al pueblo de Israel se les requería subir a Yerushalayim a celebrar ante YAHWEH, las otras dos son Pésaj y Sukot. (Hch 2:1+)

3. Yeshayah.- Isaías: 43:10-12; 42:6,7.
4. Tanaj.- Hebreo, Biblia, es la palabra inspirada de YHWH, incluye Torá (Pentateuco), Nebihim
(ProFetas), Ketubim (Salmos y libros históricos) y Brit HaJadashá (Pacto renovado traducido como Nuevo Testamento), es la única regla de Fe y practica dada a la humanidad por YHWH, ( se pronuncia, YaHWéH)