jueves, 11 de noviembre de 2010

Capitulo VI

Si invocas a la inteligencia y llamas a voces a la prudencia;
Si la buscas como la plata y como un tesoro la rebuscas,
Entonces entenderás el temor de YaHWéH y la ciencia de Elohim encontrarás.
Porque YaHWéH es el que da la sabiduría
De su boca nacen la ciencia y la prudencia.
Reserva el éxito para los rectos, es escudo para quienes proceden
con entereza,
Vigila las sendas de la equidad y guarda el camino de sus amigos.
Entonces entenderás la justicia, la equidad y la rectitud:
Todos los senderos del bien.
Cuando entre la sabiduría en tu corazón y la ciencia sea dulce
Para tu alma...

                                         Proverbios 2:3-10

                                                                 

VI


Con la ayuda de Hermas logré vender muchas cosas en el puerto y las ganancias que obtuve sirvieron para comprar alimentos y compartir con otros hermanos. Le enseñé a Persis a usar el torno y hornear las piezas de barro, de esa forma me ayudaba con la producción de cuencos y adornos, que era lo que mas se vendía.
Persis había estado muy extraña esos días, la notaba pensativa y aislada. Como esa actitud cada vez era más notoria, decidí preguntarle qué le ocurría, pero sus respuestas no me convencían. Tuve miedo de que los hechos ocurridos anteriormente la hubieran afectado demasiado. En sus cortos catorce años, había pasado por muchos sucesos desagradables y si no hubiera sido por la protección de Elohim quién sabe si podría haber resistido. Ella era una niña muy dulce, dotada de una gran belleza, tímida pero con mucho valor y poder de decisión. Temerosa de Elohim dedicaba, gran parte del día a la lectura de la palabra y solía retirarse en soledad para meditar en ella. Rufo y Persis se habían hecho muy amigos, solían ir juntos hasta el puerto a ayudar a Hermas en el mercado. Por las tardes Rufo le enseñaba a tocar el Arpa, eso me agradaba mucho porque yo estaba demasiado ocupada, y solía sentir que la dejaba un poco de lado, pero prefería que se quedara en la casa con Victoria, mientras yo me iba  contigo a visitar a los otros hermanos, ya que cada vez se ponía mas difícil reunirse, debido a la fuerte oposición que se hacía presente hasta en las calles. Cuando las recorríamos, las personas nos miraban con desconfianza y algunas murmuraban mientras pasábamos por su lado, pero como ya sabes ese sólo era el comienzo. Por eso, Rufo era una gran compañía para Persis, varón de profunda piedad, proclamaba osadamente su Fe, poseedor de una gran sabiduría, era romano de nacimiento, pero hablaba griego y hebreo. Además estaba muy familiarizado con los usos y costumbres de los judíos, por lo que tuvo ocasión de predicar en las sinagogas de los judíos griegos. El llenaba el espacio dejado por mis largas ausencias, Persis y Victoria aprendieron mucho de él.
Le dije a Persis que cuando sintiera la necesidad de contarme lo que le sucedía yo iba a estar siempre dispuesta a escucharla, porque la amaba y además de primas éramos hermanas en la Fe, si algo la perturbaba o le estaba causando dolor, podríamos buscar la solución y orar juntas por ello. Me agradeció y dándome un fuerte abrazo me dijo que no me preocupara, no quería ser de tropiezo para mí distrayéndome con problemas que ella podía resolver con la ayuda de Elohim y que deseaba fortalecerse en la Fe para poder ser de ayuda en la causa del Adón. También me contó que Victoria y ella estaban pensando en hacer Tevilah1 en unos días. Le dije que esa era una hermosa noticia y la mejor decisión que podía tomar, me lleno el corazón de una inmensa Felicidad, nos abrazamos saltando de alegría, salí del cuarto donde estábamos y  me fui a buscar a Victoria para Felicitarla por tomar la decisión de inmersarse, las dos harían el ritual maravilloso de arrepentimiento y de pacto con nuestro Padre Celestial. Al  atardecer, celebramos juntas las cuatro, mientras yo elevaba melodías con el arpa. Tú, hermana amada, hiciste uso de la hermosa voz que te regaló Elohim cantando salmos para él, Victoria y Persis danzaban alrededor nuestro. Recordé las palabra de mi Maestro cuando me dijo, “Habrá mas gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento”.
Cuando me retiré a descansar, comencé a escribir la carta dónde le relataría a Shaúl todo lo acontecido, y otra a Lucio, el hermano que había sido apresado en Corinto y trasladado a Yerushalayim para ser juzgado, cuando nos despedimos le había dado mi palabra de que pronto recibiría noticias mías, estaba ansiosa por escribirles a todos y compartir con ellos, a pesar de la distancia, lo que me estaba sucediendo. Tenía que apresurarme porque al otro día, muy temprano en la mañana zarparían los dos barcos que llevarían mis cartas, uno a Pozzuolli  y el otro a Antípatris, donde hay un puerto cercano a Yerushalayim. Una vez allí, los hermanos que partirían en los barcos, se encargarían de llevar las cartas a destino. Junto a la carta para Shaúl enviaba una para tía Priscila, que debía estar angustiada por no recibir noticias mías ni de Persis.
Me dormí orando porque llegaran las cartas sin demora y que los portadores de las mismas fueran protegidos por las fuerzas celestiales de Elohim para que nada les sucediera en el camino.
Dos días después acompañamos a Victoria y a Persis a la isla de Egina donde vivía un hermano de la congregación llamado Seba, nacido en Yerushalayim e hijo de un Fariseo. Había conocido a nuestro Salvador Yahshúa, por medio de Kefa, con quien trabajaba, Seba recibió el Rúaj de nuestro Padre Celestial, junto con las miles de personas que estuvieron en la congregación celebrando Shavuot 2, después de la ascensión al cielo del Mashiaj.
En ese momento, se encontraba en la isla por obra de Elohim, para dar testimonio de la verdad sagrada en la que fue inmerso y bajo la influencia de esa iluminación celestial, inmersaba en las aguas a los habitantes del lugar en el nombre de Yahshúa tal como el Padre lo ordenó.
Al llegar me deslumbró la hermosura del paisaje. Las montañas servían de marco al majestuoso templo de Apolo. Innumerables estatuas de mármol opacaban los espacios donde había flores. Comprendí lo necesaria que era la presencia de Seba en la isla, ya que estaba dedicada casi en su totalidad a la idolatría. El realizaba la magnífica labor de rescatar almas para Elohim, tarea que por supuesto no le era para nada fácil, los sacerdotes del templo de Apolo estaban en completo desacuerdo, al punto de estar a la espera de que, si Seba atacaba directamente a sus dioses y a los grandes hombres de la ciudad, se habría expuesto a la suerte de Sócrates, siendo condenado a muerte.
La casa de Seba estaba cerca del puerto, al noroeste de la isla, en una llanura cubierta por variedades de cultivos que tapizaban el lugar. Las plantaciones de uvas e higos perfumaban el aire, también cultivaban la fruta del olivo, almendras y maní. Nuestro hermano era poseedor de unas tierras que había adquirido con el fin de darles trabajo a los esclavos que compraba en el puerto, donde era común su comercialización, para liberarlos y tras su libertad no volvieran a ser capturados, sino que estuvieran bajo su protección. Distribuía las ganancias y los bienes que obtenía entre las personas que vivían con él, de acuerdo a las necesidades de cada uno. Eran muchas las familias que habían construido sus viviendas alrededor de la casa de nuestro hermano y dependían del trabajo en la campiña de Seba.
Ya en las puertas de su casa, nos recibió con afecto incomparable. Su aspecto era de una incomparable dulzura celestial, sus ropas eran blancas como el algodón, hacían resaltar el azul de sus ojos que tenían un brillo especial, tenía una barba larga y muy blanca que se perdía entre las ropas. Sus movimientos eran muy tranquilos y poseía una amabilidad asombrosa.
Compartimos un almuerzo delicioso que el mismo preparó y cuando ofició la bendición de los alimentos lo hizo de una manera muy similar a la de Shaúl. Todos nos emocionamos al escuchar su tierna voz, cantando en agradecimiento a Yah, elevando sus manos al cielo, con una expresión en su rostro de Felicidad, como si el Padre lo estuviera tomando de las manos.
Cuando terminamos de almorzar nos llevó a recorrer las plantaciones mientras nos contaba como era su vida allí, nos dijo que, con las riquezas que le había dejado su padre y después de haber recibido la orden del Altísimo de viajar desde Yerushalayim hasta Egina, compró las tierras para poder generar recursos y subsistir, pero el Altísimo lo bendijo de tal manera por cumplir los propósitos divinos, que no sólo subsistió, sino que pudo sostener a las familias que después de aceptar la verdad eterna, y alejarse de la idolatría, debían abandonar sus hogares, porque eran terriblemente asediados por los que rechazaban la doctrina del Adón. Allí como en todas partes el enemigo y su ejercito de ángeles caídos se esforzaban, por medio de argucias y persecuciones en apartar a los conversos de la verdadera Fe.
Seba nos dijo que los obreros de Elohim debíamos proseguir rápidamente con la causa del Adón debido a que Ha Satán estaba introduciendo elementos de confusión y rebelión en las mentes de aquellos cuyo corazón estaba endurecido, debido al celo con que defendían su posición carente de sabiduría de lo alto y llena de doctrinas de hombre.

Citó: - Como dijo nuestro hermano Pavlos, no tenemos lucha contra sangre y carne sino contra principados, contra potestades, contra los gobernantes de las tinieblas de este mundo. En las Sagradas Escrituras están claramente reveladas todas estas cosas, nos dicen acerca del número, de la gloria y del poder de los seres celestiales. Los discípulos de Yahshúa ha Mashíaj, todos los que le amamos y seguimos sus mandamientos, estamos bajo la protección de los guardianes de Elohim, es el medio utilizado por Yah, para proteger a su pueblo.
Nadie está en mayor peligro que aquellos que niegan la existencia del Demonio y sus ángeles caídos, ellos aprovechan la necedad y la ignorancia de tales personas para influirlos y hacerles creer en sus sugestiones, convencidos de que siguen el dictado de su propia sabiduría. Ha Satán vive temiendo que nos demos cuenta de sus engaños, las Sagradas Escrituras nos  revelan sus fuerzas ocultas, dándonos ejemplos de como actúa, poniéndonos en guardia contra sus ataques. Por eso instrúyanse en la Palabra de YaHWéH, en su nombre y en su palabra está el poder, ángeles de su ejército son enviados del cielo para protegernos.

Estábamos deleitados con la sabiduría con la que relataba el poder infinito de nuestro Padre Celestial, Persis y Victoria, casi no prestaban atención al paisaje, sus ojos estaban fijos en el rostro tan agradable de aquel hombre que las tenía cautivadas con las cosas que decía. Rufo, que también estaba con nosotras, desbordaba de alegría y yo no quería dejar de escuchar a Seba pero estaba obscureciendo y debíamos volver para descansar, porque al otro día mis hermanas harían Tevilah y nos despertaríamos muy temprano.
Estaba amaneciendo cuando me despertó Persis que ya estaba vestida y muy ansiosa. Le dije que llamara a Victoria, que era la que más tiempo dormía, pero milagrosamente en ese momento apareció en el cuarto ya lista, avisándonos que el desayuno estaba servido. No podía creer lo que mis ojos veían, agradecí inmensamente a mi Padre Celestial por el cambio que había producido en mis hermanas, Persis era una niña muy tímida, solía tener un andar triste y cabizbajo, su rostro solía reflejar todo el dolor que su alma cargaba. Victoria que había  llevado una vida desenfrenada y por lo cual ella misma se había definido como “muerta en vida”; cuyas ropas eran exuberantes, de muchos colores y bordados exagerados, cuyo pelo estaba siempre alborotado y no solía asearse muy seguido que adornaba su cuerpo con muchas joyas y su rostro estaba siempre pintado, había cambiado...
Ese día, cuando las vi esperando que yo me vistiera, paradas en la puerta, ansiosas y Felices, no paraban de hablar. Sus expresiones y su apariencia eran totalmente distintas a las de antes y en ese momento me di cuenta más que nunca de como te transforma maravillosamente el amor de Elohim. Él llena los corazones de los que creen de gozo, nos viste con la coraza de la Fe, de amor y de salvación. Él impide que las aflicciones amarguen el carácter y destruyan la paz mental, aún en las mas duras pruebas, porque si las soportamos bien, Él nos refinará como al oro y nos purificara como agua de manantial uniéndonos más y más con Yahshúa. Y, como me dijo Shaúl, “los que participan de los sufrimientos de Yahshúa ha Mashiaj, participarán también de su consuelo, y al fin compartirán su gloria”.
Fuimos hasta un lugar solitario de la isla, en la costa. El agua estaba transparente y muy calma, imitaba el celeste profundo del cielo, parecía como si todo ese paisaje estuviera preparado para nosotros.
Todos estábamos vestidos de blanco, Persis y Victoria estaban resplandecientes, Seba comenzó a cantar salmos en hebreo y Rufo lo acompañaba con el arpa. Cuando terminó nos dijo, dirigiéndose especialmente a las dos hermanas que iban a inmersarse:
-          En este día los poderes celestiales están conmovidos, miles de ángeles de Elohim nos rodean danzando y  elevando odas a Yah, derramando rayos de luz, para disipar el error y abrir sus mentes y corazones, para recibir la verdad y la bendición de nuestro Padre Celestial. Cada acto de renunciación, de sacrificio, es fielmente registrado y traerá su recompensa. A partir de hoy nada ni nadie podrá atravesar el cordón con el que son sujetos a su Creador, ese cordón lleva el nombre de su Salvador, Yahshúa ha Mashiaj. Ya no hay nada que se pueda ofrecer en sacrificio que tenga valor para Elohim, el Mashiaj se convirtió en el verdadero y único sacrificio por los pecados del mundo. Él, bañándonos en su sangre, pura y sin mancha, abrió un sendero de salvación tanto para Judíos como para gentiles, renovando el pacto hecho anteriormente con nuestros patriarcas, convirtiéndonos en una sola carne con él. Porque todos somos hijos de Adán, debemos hacer valer eso mediante una vida de obediencia imitando lo mejor posible a nuestro único Maestro Yahshúa testigo fiel y verdadero, la Palabra de YaHWéH encarnada. 
Tomando de la mano a Persis la llevó hasta las aguas mientras le decía:
-          Hijita, Elohim se deleita en tomar al ser humano imperfecto y transformarlo para alabanza de su gloria y de su gracia. Su amor te regenera y te engrandece. A partir de este momento eres llamada desde las tinieblas a la luz admirable de la verdad. Darás a otros las verdades vivientes del cielo, les llevaras el nombre, que es sobre todo nombre, el que te dará el  poder suficiente para obrar de una manera que ni te imaginas, darás un testimonio fiel a tu generación, serás un centinela para los que te escuchen, ángeles serán enviados para tu protección en todo momento para que no sea interrumpida la labor que te ha sido designada, porque deberás sortear luchas, persecuciones y tinieblas te cercarán, pero si no te apartas de sus instrucciones de vida, YaHWéH no te abandonará. Las doctrinas puras del cielo te serán reveladas para que no salga de ti palabra que no sea de Elohim y para que tu pie no tropiece.
Después de decirle estas palabras la sumergió en las aguas en el nombre de Yahshúa ha Mashiaj como fue ordenado por los siglos de los siglos hasta su regreso.
El rostro de Persis reflejaba una Felicidad como nunca había visto antes. Corrió a abrazarnos a todos y nos dijo cuánto nos amaba y se alegraba su corazón porque estuviéramos con ella compartiendo ese momento. Después de esa demostración de afecto nos echamos a reír por que estábamos todos mojados.
Seba invitó a Victoria a que lo acompañase y mientras iban caminando le dijo:
-          Hermana, dijo YaHWéH por medio del profeta Yeshayah3:- “Ustedes son mis testigos, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcan y crean, y entiendan que yo mismo soy: antes de mi no fue creado dios, ni lo será después de mi. Yo, yo YaHWéH, y fuera de mi no hay quien salve, e hice oír, y no hubo entre ustedes dios ajeno. Ustedes, pues, son mis testigos, dice YaHWéH, que yo soy Elohim”. “Yo YaHWéH te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de las casa de prisión a los que moran en tinieblas”³. Victoria, a partir de hoy debes ponerte el pectoral de justicia y hacer uso de la buena voluntad y de la confianza en el Altísimo, con los que podrás combatir las fuerzas del maligno. Debes saber que nuestro Salvador no escogió como discípulos suyos a personas eruditas o poderosas por si mismas, escogió personas humildes y sin letras, los preparó y los educó, para proclamar las verdades del Cielo, aún hoy lo sigue haciendo a través de nosotros que debemos educar a otros en su doctrina y así será de generación en generación hasta su vuelta. Fuiste elegida por la gracia de Yahshúa para llevar el mensaje de vida a otros, al igual que tú estuviste sometida bajo el poder de las tinieblas; ellos todavía están entenebrecidos, debes llevarles la luz para que puedan elegir entre la vida o la muerte eterna. Debes llevar a cabo la labor que te es encomendada, antes de que seas llamada a descanso. Deposita enteramente tu confianza en el Adón, Él sabe que las personas elegidas para ser servidores de Elohim, son personas débiles y expuestas a errar; pero si te entregas con humildad y verdadero arrepentimiento, en súplica ferviente y perseverante, siguiendo su ejemplo, Él te promete ayuda divina en la batalla contra la desobediencia y en los momentos más difíciles te llenará de valor.
Victoria lo miró conmovida y con la vos endulzada por la emoción le dijo:
-          Que así sea, y se haga la voluntad del Padre sobre mí,  haré que se sienta orgulloso de quien una vez lo rechazó y se entregó a los placeres del mundo. Hoy me entrego completamente a Él, bañándome en la sangre de su Hijo quien la entregó para pagar por mis errores. ¡Améin!
Una vez dicho esto Seba la sumergió en las aguas completando el hermoso ritual de inmersión. En ese momento creí desvanecerme, me refregué los ojos porque mi visión estaba nublada. Cuando volví a mirar, vi montones de ángeles de Elohim, rodeando el lugar donde estábamos. Estaban ordenados al igual que un ejército de hombres en formación estratégica, listos para la batalla. Era una visión maravillosa, nos estaban resguardando para que ese momento no fuera interrumpido por nada. La luz que irradiaban era tan fuerte que casi no se distinguían las figuras. Exaltada por la emoción les pregunté a todos, casi gritando, si estaban viendo lo mismo que yo, pero me dijeron que no, excepto Seba que cayó al suelo postrándose para adorar a Yah e invitándonos a que hiciéramos lo mismo nos dijo:
- Vengan, amados, acérquense más, exaltemos a aquel que es motivo principal de los afectos y obediencia de sus criaturas. YaHWéH, adorado sea tu nombre, eterno e infinito es tu amor, eres grande en misericordia y tardo para la ira, por eso nos has llamado, por medio de tu hijo Yahshúa ha Mashíaj, para que seamos instrumento de tu voluntad, haciendo honor a tu Santo Nombre, impidiendo que sea borrado o sustituido. Tú lo harás conocer a toda criatura, para que conozcan su poder, guiarás a tus siervos para que lo guarden con celo de aquellos que, instigados por el maligno, intentarán someter tu nombre al olvido. El mal crecerá como nunca antes, en las generaciones venideras, pero al fin de los tiempos, como tú lo estableciste, tu nombre resurgirá con magnífico e inigualable poder entre aquellos que escuchen tu llamado, restaurándolo y desterrando todo nombre sustituto, lo llevarán hasta los confines de la tierra, para que todos sepan cual es el nombre de Elohim y el de su hijo Yahshúa, que fue dado a los hombres para que por medio de Él, sea toda oración, no hay otro más poderoso, ni en ningún otro hay salvación, Él es el único Sacerdote que interviene por nosotros para perdón de nuestros pecados y obtención de la vida eterna. ¡Améin!.

Después de escuchar la revelación que nos era dada por medio de nuestro hermano, nos incorporamos porque hasta ese momento estábamos postrados en señal de humillación y agradecimiento, a nuestro Padre Celestial. En ese momento, mis ojos fueron cerrados al universo celestial y ya no podía ver a los ángeles, pero sabía que seguían allí pues, aunque se relevan y cambian puestos, nunca nos abandonan.
Regresamos a la casa de Seba y compartimos una deliciosa comida, junto a todas las personas que vivían con él. Nos recibieron con mucha alegría y gestos afectuosos felicitando a Persis y Victoria por haber aceptado a Nuestro Adón y realizar Tevilah.
La tarde se llenó de cantos y alabanzas acompañados por hermosas melodías que salían de los instrumentos que tocaban los hermanos mientras otros danzaban. Era una fiesta en honor a nuestro Padre por habernos recibido como sus hijos justificados por la sangre de nuestro Mesías.
Antes de retirarnos a descansar, Seba nos dedicó unas palabras. Aprovechando que estábamos todos nos dijo:
- Amados hermanos, siempre recuerden que la Salvación en Yahshúa
nos aparta de toda religión, porque el Todopoderoso no es religioso, ni nos pide religión, que es una invención puramente humana, nuestro Padre Celestial nos pide Fe y gratitud en alabanza, por todo lo que hace en nuestras vidas y eso es lo que nos diferencia de otras personas como creyentes y es la verdad que nos debe llevar al frente cuando llevamos la palabra de Elohim, pero sin apartarnos del tanaj4, que es esencial en nuestras vidas. Hijos míos, no entren nunca en discusiones ni contiendas sobre religión, porque debilitarán la obra para la que fueron destinados, mi deseo es que tengan el discernimiento concedido de lo alto, para darse cuenta en esos momentos, que están siendo provocados por el maligno para perder la paciencia, mantengan la compostura, sean amables y pacientes con aquellos que no entiendan el mensaje. Tengan cuidado con los falsos maestros que intentaran seducirlos con doctrinas mezcladas, e intentaran inducirlos al error de tergiversar las sagradas escrituras, cambiando los mandamientos de Elohim por mandamientos de hombres. ¡Ustedes saben como probarlos!. Recuerden que nos fue dicho por nuestro único Gran Maestro, que si lo amamos, guardaremos sus mandamientos, y el le pedirá al Padre y el Padre nos dará otro consejero confortador como Èl, El Rúaj de verdad para que este con nosotros para siempre; la manera que podemos estar seguros que le conocemos, es si estamos obedeciendo sus mandamientos, cualquiera que diga, “yo le conozco”, pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no esta en el.
-          De esta manera,-prosiguió – probarán espíritus y se probarán ustedes mismos. Como testigos de la verdad y de la justicia de Elohim andarán por el mundo. Yo los bendigo en el nombre de Yahshúa ha Mashiaj.

Luego de decir estas palabras nos saludamos todos con beso santo y un abrazo de despedida, con la esperanza de vernos de nuevo,  porque al otro día saldríamos muy temprano de Egina, de regreso a Cencrea.


 Referencias:

1. Tevilah.- inmersión en agua (Eze.36:25-27, Mat.3:6-11 Marc.16:16) es ritual de arrepentimiento y de pacto con YHWH, Elohim de Israel y de todas las naciones, practicado hasta el día de hoy, también es llamado bautismo. Así se bautizo nuestro Mesías.

2. Shavuot.-Fiesta de la entrega de la Torá. Llamada por la iglesia Católica Apostólica Romana, Pentecostés. La fiesta de las Semanas, puesto que viene siete semanas después de Pascua; también llamada Pentecostés (del griego pentekostos, "cincuenta"), porque uno cuenta cincuenta días después de Pascua. Una de las tres regalim ("fiestas de peregrinaje") cuando al pueblo de Israel se les requería subir a Yerushalayim a celebrar ante YAHWEH, las otras dos son Pésaj y Sukot. (Hch 2:1+)

3. Yeshayah.- Isaías: 43:10-12; 42:6,7.
4. Tanaj.- Hebreo, Biblia, es la palabra inspirada de YHWH, incluye Torá (Pentateuco), Nebihim
(ProFetas), Ketubim (Salmos y libros históricos) y Brit HaJadashá (Pacto renovado traducido como Nuevo Testamento), es la única regla de Fe y practica dada a la humanidad por YHWH, ( se pronuncia, YaHWéH)



sábado, 23 de octubre de 2010

CAPITULO V

“La higuera no volverá a echar brotes,
ni habrá que recoger viñas.
Fallará la cosecha del olivo, los campos no darán alimento
Faltará el ganado menor en el aprisco,
no habrá ganado mayor en los establos.
¡Más yo YaHWéH me alegraré, y me gozaré en el Elohim de mi salvación!
YaHWéH mi señor es mi fuerza, Él me da pies ágiles como de siervas,
Y por las alturas me hace caminar.”

Habacuc 3:17-19


V

Era el primer día de la semana y mientras moldeaba las piezas de barro, escuchaba a Victoria que no dejaba de hacer comentarios sobre lo bien que se había sentido en la celebración del Shabat. Yo la entendía porque desde que estaba en la Fe a mí tampoco dejaba de asombrarme la maravillosa sensación que se sentía celebrar entre hermanos un día como el Shabat. Así como ella yo también había participado de reuniones de gente en días especiales para el mundo, pero eran muy distintas de las que organizábamos con los hermanos en la Fe. En esas otras abundaba el vino y las mesas desbordaban de comida, la gente participaba de bailes desenfrenados y actos sexuales inmorales que provocaban brutales peleas, llevando a algunos hasta la muerte. Agotados por una noche de lujuria terminaban durmiendo en cualquier lugar. Al otro día encontrabas gente durmiendo en el piso de la sala, en los patios y hasta en la calle.
Victoria me contaba que en Cencrea los griegos no distaban mucho de los hispanos a la hora de divertirse, eran muy similares. Por esta razón, entre otras, nos diferenciábamos muchísimo de lo que ella conocía y sin duda, cada vez más deseaba alejarse de su pasado.
Al terminar nuestra conversación golpearon la puerta, con mucha fuerza. Persis entró agitada al cuarto avisando que una mujer y dos hombres buscaban a Victoria, quien gritó desesperadamente:
-          ¡No dejes que me lleven!
-          Nada te va a pasar,- le dije – confía en el Adón.
Le pedí a Persis que se quedara en el cuarto y que se pusieran a orar pidiéndole a Elohim su Protección mientras yo iba a atender a las personas que  buscaban a Victoria.
La mujer que estaba parada en la puerta tenía el aspecto de una persona ruda, de modales muy bruscos. Me preguntó si Victoria estaba en la casa, le dije que sí pero que no la podía atender. Los hombres que la acompañaban me empujaron violentamente y entraron a la casa. Gritando la llamé a Persis pero en ese momento Victoria era tomada por la fuerza y Persis estaba desmayada en el suelo. Debido a los gritos Rufo, y Hermas que estaba con él, acudieron rápidamente al lugar. Después de pelear con los dos hombres, lograron soltar a Victoria y que éstos se fueran.
La mujer en tono amenazador nos dijo que iba a volver, ella quería de regreso a su hetaira, y según lo que nos dijo Victoria, no iba a parar hasta conseguirlo. Esa noche Rufo se quedó durmiendo en la sala para protegernos por si volvían.
Me quedé muy preocupada por lo que pudiera llegar a acontecernos más adelante, pero confiaba en la protección de nuestro Padre Celestial. Finalmente me dormí orando y pidiéndole a Elohim que no me abandonara en ese momento tan difícil. Le pedí que me diera sabiduría para poder ayudar a esta hermana que tanto me necesitaba.
A la mañana siguiente le dije a Rufo que le llevara a  Hermas los adornos de cerámica para que los vendiera en el puerto. No eran demasiados porque la mayoría se habían roto cuando los hombres que buscaban a Victoria entraron bruscamente en el cuarto causando destrozos. Necesitábamos con urgencia obtener ingresos porque se nos estaban acabando los víveres.
Persis estaba muy perturbada por todo lo que había sucedido, estaba triste y agotada. Le dije que tenía que ser fuerte para afrontar las pruebas por las que debíamos pasar. Sólo los que resistan van a ser merecedores de estar en el Reino de los cielos, eso significaba no sólo resistir las tentaciones que el maligno te ponía en el camino, sino también resistir todas las pruebas, inclusive las más duras. La respuesta está en que si en nuestros momentos de mayor debilidad dejamos que Elohim actúe en nosotros, nada podrá contra nosotros. El nos fortalece en esos momentos en los que creemos que por nosotros mismos no podemos hacer nada.
Victoria, que había escuchado nuestra conversación, me dijo que se sentía culpable por todo lo que estaba sucediendo y que la mejor solución era irse, porque no conocíamos la maldad con la que actuaba Cirene, la dueña de la casa donde ella trabajaba, que seguramente en esos momentos estaba planeando como vengarse y que cuando volviera, como nos dijo, iba a ser peor que la primera vez.
A lo que respondí:
-          Sé que en algún tiempo voy a tener que partir, estoy esperando una carta de la persona que me inició en el camino de la Fe, que me confirme cuando. Mientras tanto no vamos a huir a ninguna parte, debemos enfrentar lo que esté por suceder, además no estamos solas, nos esta protegiendo nuestro Padre Celestial y los hermanos que están dispuestos a socorrernos ante cualquier necesidad.
-          Tengo tanto que agradecerle a tu Elohim, que ahora es el mío, por haberte puesto en mi camino...- me dijo llorando, dolorida y con la voz quebrada. – Necesito que ores conmigo porque no sé cómo empezar. Debo pedirle que me de un poco de la Fe que tu tienes, por que con solo un poco tendré la fortaleza necesaria para seguir.
Por supuesto que no me negué ante tan importante pedido y a partir de ese momento estuve más segura que nunca, que no debía dejar la causa del Adón. Me di cuenta de la cantidad de almas sometidas en la oscuridad que deberían estar necesitando de alguien que les llevara la luz de la salvación y la verdad que es por medio de nuestro Adón Yahshúa ha Mashíaj, y como me sucedió a mi todos merecían la misma oportunidad.
Cerca del medio día, cuando nos disponíamos a compartir los alimentos, apareció Rufo agitado, nos avisó que Cirene estaba alentando a los griegos para que nos acusaran de revolucionarios y los había convencido de que representábamos una amenaza para la religión que ellos profesaban, porque éramos una secta que blasfemaba contra los dioses de ellos y estábamos convirtiendo a los ciudadanos a nuestra ideología.
En ese momento ingresaron en la casa soldados de la guardia del procónsul y con ellos Cirene  quien presa de furia, gritó: - ¡Ella es la que insita al pueblo contra los dioses! ¡Y ése, - señalando a Rufo- se llevó a mi empleada por la fuerza!
Allí nos apresaron, a Rufo y a mí.
Les dije a Persis y a Victoria que no desesperaran y se mantuvieran firmes en la Fe confiando que se haría la voluntad de Elohim.
En ese momento fuimos llevados ante el tribunal de Galión, Procónsul de Acaya. Los griegos expresaron su disgusto por nosotros diciendo: ¡Estos incitan al pueblo a honrar a otro dios blasfemando en contra de nuestros dioses!
Galión cansado de ese tipo de discusiones generado por el fanatismo de la gente de Corinto y Cencrea decidió ponerle fin a ese acto. Indagando sobre el problema no encontró causa alguna para juzgarnos. Además éramos ciudadanos romanos y no quería tener problemas con el emperador a causa de efectuar un juicio falso por estar a favor de los griegos. Consultó entre la gente si había alguna otra acusación más grave por la cual valiese la pena juzgarnos, pero no encontrando respuesta valedera nos dejó en libertad, advirtiéndonos que si causábamos más problemas, seríamos encarcelados. No era la primera vez que Galión presenciaba acusaciones contra los seguidores del Mashìaj. Con anterioridad había tenido que juzgar a Pavlos, cuando estuvo en Corinto, por las mismas acusaciones. No dejándose llevar por los judíos no creyentes en el Mashíaj, que eran los acusadores de Shaúl en ese momento, lo dejó en libertad. A nuestro regreso nos recibieron los hermanos de la congregación con mucha alegría. Había tanta gente junto con ellos, dispuesta a ofrecernos su apoyo, que mi alma se llenó de Felicidad y comprendí cual había sido el fin de todo lo que había sucedido.
Elohim tiene esa forma misteriosa de enseñarnos lo importante, a través de las pruebas y espera que aprendamos a través de ellas. Si lo hacemos, grande es el premio que recibiremos.
Como recordarás, mi hermanita amada, dentro de la casa estabas tú, que habías vuelto de Atenas. Persis y Victoria se habían encargado de ponerte al tanto de todo lo que nos había acontecido en tu ausencia.

miércoles, 20 de octubre de 2010

CAPITULO IV

Él le dijo: “Amarás a YHWH, tu Elohim, con todo tu corazón,
Con toda tu alma y con toda tu mente.
Este es el mayor y el primer mandamiento.
El segundo es semejante a este: “Amarás a tu prójimo
Como a ti mismo”
De estos dos mandamientos penden toda la Torah y los profetas.

                             Mateo 22:37-40
   
IV

 Al día siguiente, dejándome un montón de instrucciones y al cuidado de tu casa, partiste hacia Atenas para encontrarte con Timoteo, discípulo de Shaúl y colaborador incondicional de la causa, quien te pondría al tanto de las últimas novedades.
Deseosa de comenzar a contribuir en la congregación, fui en compañía de Persis y un hermano llamado Rufo, que nos servía de guía, a la casa de un escultor que me daría el torno para hacer artesanías en barro y venderlas en el mercado que estaba muy cerca del puerto. Estaba asombrada por los hermosos jardines que había en Cencrea, adornados con imponentes estatuas de sus dioses y de héroes deificados, que la gente rodeaba con hermosas flores. Había muchos santuarios dedicados a deidades paganas, la ciudad estaba enteramente entregada a la idolatría, la gente se reunía en las plazas a escuchar a los sabios y discutir sobre la justicia, el amor, o la razón; eran orgullosos creyentes en las teorías humanas y exponentes de los falsos sistemas de culto. Rufo nos advertía que había lugares donde no teníamos que acercarnos, como las tabernas o las casas donde las mujeres, llamadas  hetairas, se entregaban a los placeres de los hombres a cambio de  joyas, oro o ropa. Como nosotras éramos mujeres extranjeras estábamos expuestas a ser capturadas para tal fin, por eso debíamos estar continuamente acompañadas.
El camino hasta la casa del escultor se había tornado angustioso por todo lo que estaba viendo y oyendo, mi corazón estaba lleno de compasión por la gente de aquel lugar, que a pesar de ser famosa por su cultura e inteligencia no conocía al Dios verdadero ni los atractivos de las cosas celestiales. Al llegar nos recibió una mujer muy atenta que nos invitó a pasar a su casa y nos convidó con deliciosas frutas, mientras esperábamos a Hermas, “el escultor”, que estaba en su taller  trabajando. La mujer, llamada Junia, nos contó que conoció a Pavlos, cuando su esposo estuvo muy enfermo. En ese tiempo se corría el rumor de que había un judío en Cencrea que sanaba a los enfermos y se hospedaba en la casa de Febe. Junia mandó llamar a Pavlos quien acudió inmediatamente y sanó a aquel enfermo en el nombre de Yahshúa ha Mashiaj, nombre que hasta entonces no conocían. Estaban maravillados por la sabiduría con la que Shaúl les hablaba sobre el reino de Elohim, no dudaron un instante en aceptar la palabra y unirse al grupo de creyentes, no sólo porque había algo en sus corazones que les decía que ése era el camino correcto, sino también por la enfermedad de Hermas. Habían ofrecido sacrificios y ofrendas a todos los Dioses de Cencrea, pero no obtuvieron respuesta; el Elohim de Pavlos fue el único que escuchó sus plegarias y al cual a partir de ese momento honraron. Mientras Junia terminaba su relato apareció Hermas con el torno y preguntó para quién de nosotros era y yo le respondí que era para mí. Asombrado me preguntó si sabía usarlo y le conté que allá en Hispania era un oficio común y que yo lo había aprendido de mi abuela. Muy amable se ofreció a llevar las artesanías que hiciera al mercado del puerto, donde él tenía un puesto. Le agradecí muchísimo el favor y lo bendije por la ayuda que me estaba brindando. Esa tarde nos invitaron a cenar. Después de bendecir los alimentos Hermas ofició una oración de agradecimiento al Altísimo, como acostumbraba nombrar a Elohim, por habernos conocido y pidió protección para nuestra vuelta a casa debido a que a la noche salían los hombres embebidos en alcohol y las personas que eran asiduas a los lugares nocturnos, peligrosas en su mayoría. Nos despedimos de aquellas amables personas, que nos hicieron sentir como si fuéramos parte de su familia, después de todo, los que profesamos la misma Fe estamos unidos por el amor a un mismo Elohim y Él nos considera a todos sus hijos. Además, como sabrás,  no me cuesta para nada encariñarme con las personas, quizá por que no tuve hermanos y tampoco una familia muy afectiva. A la vez el amor a Yah1 te endulza el alma sensibilizándote, haciéndote mas amoroso y comprensivo con tu prójimo.
Emprendimos el camino de regreso a tu casa, Persis se agarraba fuertemente de mi brazo, estaba muy nerviosa por que las calles estaban muy oscuras y temía que algo nos sucediera, Rufo le dijo que no temiera por que estábamos bajo la protección de Elohim y además contábamos con su cuidado porque si bien no poseía grandes atributos físicos era muy valiente. Con tal comentario Persis emitió una carcajada, lo que le sirvió para relajarse.
Cuando pasábamos por una de esas casas donde se realizan actos inmorales con fines lucrativos, escuchamos los gritos de una mujer que era echada a la calle y estaba siendo golpeada por un hombre, que parecía ser presa del más grande odio. Me solté del brazo de Persis y corrí para socorrerla, por detrás me siguió Rufo gritándome que no lo hiciera. Cuando me acerqué pidiéndole al hombre que la soltara, me asestó un golpe en la cara que me hizo perder el equilibrio, en ese momento vi que Rufo se abalanzaba sobre él y con un palo le pegaba un golpe en la cabeza que lo desvaneció. Eso nos dio tiempo para ayudar a la mujer que estaba tendida en el suelo muy lastimada. Decidí que la lleváramos a tu casa, Febe, para curar sus heridas. Persis y Rufo me decían que era muy arriesgado y que recordara donde la habíamos encontrado, pero a mí no me importó y exhortándolos a que cambiaran de actitud, los insté a que me ayudaran a cargarla porque no podía caminar bien debido a los golpes de los que había sido víctima. Cuando llegamos la recosté  sobre mi cama y le limpié las heridas. Rufo, que vivía en una casa contigua, se despidió diciéndonos que acudiéramos a él si algo se complicaba.
La mujer estaba  profundamente dormida. Persis, muy asustada me pidió que orara con ella pedido al que accedí y, después de pedir protección a nuestro Padre Celestial e implorarle que sanara a esa pobre mujer por la que sentía una profunda compasión, dolorida por el golpe que recibí en mi rostro, me recosté en el piso sobre unas pieles al lado de la cama donde descansaba la mujer.
Después de una terrible noche, Persis entró en la habitación para despertarme. Era muy temprano pero debía levantarme porque tenía que hacer muchas cosas antes de que comenzara el Shabat2. La mujer que acababa de despertar, preguntó donde estaba, le conté todo lo que había pasado y no dejaba de agradecerme el no haberla abandonado por que es lo que se acostumbra hacer cuando les suceden ese tipo de cosas a mujeres como ella. La sociedad las consideraba algo muy sucio como para arriesgarse a ayudarlas. Le pregunté  su nombre, cómo se sentía y si tenía algún lugar adonde ir. Me dijo que se llamaba Victoria, me contó que la casa donde trabajaba era el único lugar donde podía ir, pero que ya no quería volver. Le dije que descansara porque se había quejado toda la noche del dolor, que yo velaría por ella hasta que se recuperara y después veríamos que podíamos hacer.
Persis seguía muy preocupada, pero le dije que confiara en Elohim. Él iba a hacer su voluntad sobre nosotras y sobre aquella mujer, que estaba muy sola y necesitaba de nuestra compañía para poder salir del problema en que se encontraba.
Me apresuré en conseguir lo que necesitaba para comenzar a trabajar. Rufo me avisó que los hermanos se reunían todos los Shabat en tu casa, que no me preocupara por nada porque cada uno llevaba lo necesario para compartir en la cena, algo que me agradó muchísimo saber.
Recuerdo que tenías en tu casa un cuarto con una amplia ventana que estaba desocupado. Te lo pedí antes de que te fueras, para poder trabajar allí, así que lo limpié y guarde mis cosas en ese lugar hasta que terminara el Shabat.
Persis me dijo que Victoria se había levantado, la fui a ver y la invité a participar del Shabat que estaba por comenzar. Con una expresión en su rostro de no entender lo que le estaba diciendo, me preguntó:
-     ¿Qué es eso del Shabat?
-      El Shabat – le dije yo – es el séptimo día de la semana, en el que se descansa de todas las labores, es un día Festivo que instituyó perpetuamente nuestro Padre Celestial para que estemos en comunión con El, agradeciéndole todas las cosas que nos brinda. Nosotros lo hacemos con cantos y alabanzas.
Aunque su expresión era de entusiasmo me di cuenta que seguía sin entender, así que le conté quien era Elohim y cuál era su nombre, por qué era necesario que se arrepintiera y me dijo:
-       No te preocupes Julia, lo que me pasó ayer fue suficiente para que me dé cuenta que la vida que llevo es terrible, tengo dolores en el cuerpo que quizás se vayan pero los que tengo en el alma solo un milagro los podrá quitar.
-       Seguramente, - le dije – yo creo en los milagros, pero en los que hace mi Padre Celestial, únicamente Él puede sanar un alma afligida, pero para que eso suceda, debemos mostrar un arrepentimiento sincero, humillarnos y aceptar el amor que Él esta dispuesto a darnos. Si seguimos sus caminos, estamos destinados a recibir la mayor recompensa que un ser humano puede esperar, la salvación eterna.
-          Entiendo. – Me dijo. Y con lágrimas en sus ojos me agradeció una vez más lo que hacía por ella. Le conté que si me hubiera conocido antes, tal vez. no hubiera tenido la misma actitud hacia ella, porque yo era una persona muy egoísta, y que el cambio lo había provocado el haber entendido el amor misericordioso que Elohim tiene por mí, debido a que nadie en este mundo se sacrificaría de la manera en que Él lo hizo entregando la vida de su Hijo para perdón de nuestros pecados. El agradecimiento se lo debía a YaHWéH en el nombre de Yahshúa ha Mashiaj quien dio la vida por ella y por todos.
Mientras seguía nuestra conversación entró Persis a la habitación para avisarnos que los hermanos estaban llegando. Le dije a Victoria que si no se sentía en condiciones no era necesario que estuviera en la sala donde estaríamos todos pero me dijo que se asearía y que participaría con mucho gusto de la celebración.
Fui a la sala a recibir a los hermanos. Los primeros en llegar fueron Rufo, Hermas y Junia, que nos ayudaron a preparar la mesa, luego llegaron Urbano y Apeles que habían venido conmigo desde Pozzuoli, y junto a ellos entraron a la casa más personas que yo no conocía pero que profesaban la misma Fe, mas tarde nos sentiríamos como si toda la vida hubiésemos estado juntos.
Referencias:

1. Yah.- (del hebreo) forma afectiva de usar el Santo Nombre de YaHWéH, en las Sagradas Escrituras suele encontrarse en los salmos con la letra J (“canten salmos a Jah” o “alaben a Jah”)
 2. Shabat.- Séptimo Día, Bendecido, declarado kadosh (santo), y también guardado por YAHWEH. Gen. 2:2-3 y Heb. 4:4,10, Dia de descanso. La iglesia Católica Apostólica Romana lo sustituyó por el domingo, "Sunday (domingo, Dies solis, del Calendario Católico Romano; día del sol, porque fue dedicado al sol), el primer día de la semana fue adoptado por los primeros cristianos (católicos) como día de adoración, siguiente: "Ninguna regulación para su observancia está expuesta en el "nuevo testamento", ni ciertamente, su observancia era prescrita." La observancia del domingo no es de las Escrituras, sino de la adoración astrológica del dios-Sol y reconoce al Papa como "dios" de este mundo, tal como él afirma. De la Enciclopedia of Religious Knowledge (Enciclopedia de Conocimiento Religioso), Vol. IV, Schaff, Funk & Wagnalls Company.

CAPITULO III


“Yo entonces volveré puro el labio de los pueblos,
para que invoquen todos
el nombre de YaHWéH,
y le sirvan bajo un mismo yugo.
Desde más allá de los ríos de Etiopía, mis suplicantes,
mis hijos dispersos me traerán mi ofrenda.”

Sofonías 3:9-10

 

                                                                     III

Al llegar a la congregación, recibí la primera carta de Shaúl. Esa carta hermana, me animó y me dio muchas fuerzas para continuar con la causa, porque a pesar de ser yo una persona decidida y convencida de que el camino que había tomado era el correcto, también tenía dudas y temores. Mi Fe recién comenzaba a tomar verdadera fuerza, necesitaba las palabras de aquel hombre al que amaba como si fuera mi padre y que había sido el instrumento utilizado por Elohim para la renovación de mi alma.
Impaciente, la llamé a Persis para que la leyera conmigo. Nos sentamos a la sombra de un árbol y tú amablemente nos acercaste agua para beber y un rico pan horneado, porque desde que llegamos. No habíamos descansado ni probado bocado y la noticia de la carta me hizo olvidar de ello.

Esta es la primera carta:
De: Shaúl, discípulo de Yahshúa ha Mashíaj por la voluntad de Nuestro Padre Celestial, en la esperanza de vida eterna, la cual Elohim, que no miente, prometió desde antes del comienzo de los siglos.
A: Julia hija amada, que el Shalom1 de Elohim y de Yahshúa ha Mashíaj esté contigo.
Sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones, rogando que seas fuerte y te mantengas firme en la Fe, manteniéndote en la verdad que con inmenso amor te fue revelada. Me lleno de gozo al recordar el día en que decidiste aceptar la salvación que, a través de la sangre derramada por medio de nuestro Salvador Yahshúa, te fue otorgada y te convertiste en una fiel servidora de Elohim. Estoy seguro de que en ti no hay una Fe fingida, por lo cual te aliento para que sigas avivando ese fuego santo que te quemó en un principio, difícil de evitar, que es el llamado de Elohim a través de su Rúaj2.
Ahora tienes la hermosa labor de dar testimonio de la Palabra a todos aquellos que a ti se alleguen con sed de verdad. Debes ser amable para con todos y muy paciente con aquellos que no están firmes en la Fe, humilde para enseñar y con mucha mansedumbre, exhortar a los que se oponen a la verdad.
Cuida de llevar, a donde el Adón te envíe, el nombre de nuestro Santo Padre con honor, inmenso respeto y reverencia, sin dejar de mencionarlo, ya que algunos, enceguecidos por el celo de guardar el nombre, han caído en la trampa de ha satán3, llegando a negar la llave del poder y del conocimiento, al que todos podemos acceder, conociendo el nombre de nuestro Creador, YaHWéH que Él mismo escogió, dándolo a conocer primeramente a nuestros padres, para que pudieran establecer una relación íntima con Él y hasta la llegada de Nuestro Mashíaj, quien entre otras cosas vino para restaurarlo, porque cuando los hombres empezaron a desviar las instrucciones de Elohim, para convertirlas en meras leyes de hombres, ocultaron y suplantaron el Nombre  negándonos el derecho de conocer la persona que representa y a vivir en armonía con los propósitos vinculados a El. Recuerda que tal como lo hizo Yahshúa ha Mashíaj tenemos la responsabilidad de esforzarnos en dar a conocer su verdadero Nombre.
 YaHWéH promete bendecir a los que conozcan, empleen y honren su gran Nombre. Ésta es la llave del conocimiento y de la salvación, porque no hay otro en que podamos ser salvos. La palabra producida como el hijo, manifestada y concebida, siendo uno; Yahshúa: Yah: Existente, Shúa: salvación, esto es, YaHWéH es salvación.
Nombre en el que fuiste sumergida, para perdón de los pecados, como lo ordenó nuestro Adón.
Mientras espero ser condenado por la corte del César, me es permitido residir en una cómoda vivienda, donde recibo a aquellos que desean oír sobre el reino de Elohim y nuestro Adón Yahshúa ha Mashiaj.
Espero que mi testimonio avive el sentimiento de ser más fieles y celosos en la causa del Adón.
Amada Julia, sé que posees la virtud de crear hermosos adornos, he visto con que habilidad realizas esa tarea, no la abandones pues te servirá para generar ganancias, Febe te proporcionará lo que necesites, ella hace tiempo que reside allí y sabe cómo y dónde conseguir las cosas, pero por favor amada hija, no te distraigas en poseer sólo riquezas y honores mundanos, procura seguir siempre el camino de la humildad que te llevará a obtener riquezas eternas en el cielo. Confío en tu fidelidad hacia la causa y en que sabes valorar la oportunidad que te fue dada, de conocer la verdad por la que ya eres libre, por misericordia e infinito amor de nuestro Padre Celestial, que tomaste por decisión propia, ya que YaHWéh, no obliga a nadie, mas bien espera pacientemente que sus hijos lo reconozcan y decidan romper las cadenas que los atan a este mundo, gobernado por el poder de las tinieblas.
Ten cuidado de aquellos que enseñan doctrinas equivocadas de hombres, debido a que tienen el entendimiento entenebrecido y endurecido el corazón por no aceptar la verdad que proviene de un único Elohim. Anda en lo que es digno del Adón agradándole en todo y creciendo en el conocimiento de su palabra. Oro por ello todos los días.
Espero pronto poder recibir noticias tuyas, dales mis saludos a los hermanos de la congregación y con beso santo a Febe amada ayudante y sierva del Adón en cuyas manos te entrego para que le ayudes en todo lo que sea necesario. Que la Gracia y el Shalóm de Elohim y de Yahshúa ha Mashiaj sea contigo y los hermanos de Cencrea. Bendito sea el nombre de YaHWéH por siempre. Améin4.
Cuando terminé de leer, me quedé un instante meditando sobre aquellas palabras, y mirando a mí alrededor sentía una enorme satisfacción por lo que me estaba sucediendo. No era para nada racional, un día me encontraba en Barcino, en la ciudad donde nací, haciendo cosas que no me provocaban ningún tipo de satisfacción, viviendo con unos padres que absorbidos por el mundo, me ignoraban dejándome al cuidado de mi abuela. Al tiempo me encuentré en Pozzuoli en casa de mi tía donde las cosas eran muy distintas a las de mi hogar, empezando por el paisaje, siguiendo por las costumbres y terminando en lo primero a lo que le daban importancia, el amor al prójimo y a Elohim principalmente. conocí a Shaúl, quien me presentó una visión distinta del hombre que hasta el momento solo conocía como un simple Mártir revolucionario, Yahshúa ha Mashíaj, razón por la cual miles de personas han cambiado sus vidas, conocieron la salvación y hoy, como yo, son guerreros incondicionales de su causa. Después me embarqué hacia Cencrea pasando primero por Corinto, donde conocí a muchos hermanos de la Fe que sacrificaban todo un día de trabajo para satisfacer las necesidades de otros, haciéndolo con enorme alegría y gratitud hacia el Adón. Pero también fui testigo de la crueldad de la que puede ser capaz el ser humano que no esta guiado por el Rúaj de Elohim y de la injusticia de la que podemos caer presos, cuando somos juzgados por hombres que tienen el entendimiento entenebrecido. Tiempo después estaba en Cencrea, donde fui enviada por voluntad de Elohim.
Me digo que no es racional, si me baso en la forma mundana de pensar que tenía antes, sobre todo para una mujer en esta época. Sólo encuentro las respuestas y la justificación de estos hechos en la Fe y en el amor que Elohim nos tiene y espera que nosotros desarrollemos. Pero la Fe es algo que está fuera de discusión.
El amor no es algo que se piense demasiado, menos el amor por el que uno es movilizado todos los días, el amor por el que somos justificados y perdonados, amor supremo, misericordioso y paciente como el que nos tiene nuestro Padre Celestial que entregó a su hijo en sacrificio, renovando el pacto que hizo con nuestros padres, para perdón de nuestros pecados y obtención de la vida eterna. Ése sí que para el mundo es un acto irracional, pero para los que ya no pertenecemos al mundo, sino al que nos creó, es amor en su máxima expresión. Y todavía nos cuestionamos estas cosas y en nuestra banalidad nos damos el lujo de rechazar esta manifestación de amor del Padre hacia sus hijos, porque hasta nos brinda el derecho a elección, elegirlo a Él o elegir al mundo y hasta el último minuto de nuestras vidas espera que lo elijamos a Él.
Estaba muy agotada por el viaje, necesitaba asearme y descansar. Después de meditar sobre las cosas que anteriormente mencioné y comentarlas con Persis, que tiene la maravillosa virtud de escuchar incansablemente, además de hacerlo con una actitud increíblemente servicial, suele asombrarme la sabiduría con la que te responde, sabiduría que a mi entender, proviene de lo alto, oramos y me retiré a descansar en la habitación que con tanto amor y dedicación me preparaste.

  
Referencias:
  
1. Shalom.- (del hebreo) paz, tranquilidad, seguridad, bienestar, salud, contentamiento, consuelo, entereza, integridad y prosperidad
 2. Rúaj.- (del hebreo) Espíritu Apartado, también traducido como el Espíritu de YAHWEH, Espíritu de Yahshúa, el Espíritu del Especialmente Apartado.
 3. Ha satán.- (del hebreo) satán, el adversario, el diablo, la serpiente antigua, el dragón.
 4. Améin.- (del hebreo) Amén.

martes, 19 de octubre de 2010

CAPITULO II


Una vez que mi tía se hubo recuperado y luego de haberme asegurado de que quedaba en buenas manos, partí hacia Quirbet1 en compañía de Persis, Urbano, Apeles, Trifena, Lucio de Sardis y Hermes, parte de los hermanos que habían venido a Pozzuoli con Shaúl. Algunos iban hacia Cencrea, donde primeramente yo debía llevarles unas cosas a ustedes, y otros seguirían hasta Yerushalayim2, para después continuar hasta Quirbet donde debía quedarme por un tiempo.
El viaje fue muy largo, pasamos terribles tormentas, y vientos tempestuosos, pero al llegar al puerto de Cencrea, y encontrarme contigo supe que había valido la pena. Allí te conocí y comencé  a admirar la forma en que te conducías y llevabas a cabo la labor de servir a Elohim. Me asombró que  la congregación fuera tan pequeña, pero con una labor tan grande y necesaria, para sostener en la Fe a los hermanos que vivían allí debido a que estaba fuertemente instalada la adoración a otros dioses.
La comunidad Mesiánica era muy perseguida, hecho que pude comprobar cuando pasamos por Corinto donde se creía que constituían una secta, y eran llamados Netzarim3. Allí, Shaúl y sus discípulos habían hecho un gran trabajo para el Adón. Los hermanos trabajaban y las ganancias que obtenían eran impartidas continuamente a las familias que demandaban mucha ayuda, entre todos generaban un fondo común para suplir sus necesidades, ninguno retenía sus posesiones para fines egoístas sino que con extrema bondad, las distribuían entre los hermanos. Recordé el proverbio que dice: “Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza”4. Conocí a Estaquis, uno de los hermanos que ministraba la congregación. Nos recibió con gozo y un gran amor fraternal, nos albergó en su casa, humilde pero muy grande, allí se reunían los hermanos al atardecer para compartir todo lo vivido durante el día y, cena de por medio, adorar a Nuestro Padre Celestial con hermosas melodías y cantos en hebreo, idioma que pude aprender mejor en Pozzuoli. Estaquis me puso al tanto del odio nacido del fanatismo y la fuerte oposición que había hacia la causa del Mesías y a todos aquellos que la seguían. Yo le conté que cuando tomé la decisión de servir a Elohim sabía, por medio de revelación, a lo que me enfrentaría pero también tenía presente constantemente los frutos de esa decisión, sabía que necesitaría valor, firmeza y conocimiento de la Palabra de Nuestro Padre Celestial porque sería perseguida, denigrada y hasta encarcelada por causa del Nombre Santo de mi Creador y el de su hijo Yahshúa. La tarea de llevar las “Buenas Nuevas”es tan difícil para los hombres como para las mujeres aún más en esta época en que el estudio de la Palabra es casi una exclusividad para los hombres. Al segundo día caminábamos con Persis y nos acercamos a escuchar a un hermano que estaba predicando en un lugar cercano al puerto, en ese momento desembarcaban unos sacerdotes Perushim5 que se dirigían hacia Roma y al escuchar a este hermano pronunciar el Nombre Sagrado de Elohim rasgaron sus vestiduras y embistieron con toda su furia  contra este. Después de golpearlo salvajemente, lo mandaron a arrestar y pidieron que fuera juzgado por la corte del rey Agrippa II. Esa noche, llenos de tristeza y casi descorazonados, oramos incansablemente por la vida de Lucio, tal era su nombre, y porque fuese librado del terrible celo equivocado con el que eran juzgados los hombres y mujeres que caían en manos de este tribunal encarnizadamente opositor. Antes de irnos fuimos a ver a Lucio a la prisión donde se hallaba y vi a un hombre dolorido por los golpes y muy cansado por la falta de sueño, pero lleno de confianza en Elohim, aunque temeroso de que nosotros, por haber sido testigos de su opresión, desistiéramos de la causa. Lo animé asegurándole que eso nos daba más fuerzas para continuar, más aún viéndolo a él que a pesar de todo, se mantenía firme y confiado en que la voluntad del Padre se haría y que eso era lo mejor, por que al sufrir por su causa, se haría merecedor de una  gran recompensa Divina. Me fui de allí, alimentada mi alma, con la sensación de que todo saldría bien y con la promesa de que recibiría noticias mías en cuanto llegara a destino.
Estuvimos tres días en Corinto y partimos hacia Cencrea con las bendiciones de nuestros hermanos de la congregación y llenos de provisiones que nos dieron para que nuestra travesía fuera más amena.

Referencias:
1. Quirbet Qumran.- Antiguo asentamiento Judío en Israel cerca de las grutas donde se encontraron los denominados Manuscritos del Mar Muerto en 1947, esta situado al noroeste de dicho mar.
2. Yerushalayim.- En hebreo;  Jerusalén principal ciudad de Israel.
3. Netzarím.- En hebreo; Nazarenos, término que se utilizaba para mencionar a los seguidores del Mesías.
 4. Proverbios 11: 24
5.Perushim.- En Hebreo; Fariseos, denominados unas veces secta y otras escuela de pensamiento judío, surgen como grupo en el siglo II a.M. eran grandes opositores del movimiento Mesiánico.